Wednesday, June 29, 2016

Todos los colores jazz-progresivos de SUPERFLUOUS MOTOR


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

SUPERFLUOUS MOTOR es, tal como se dijo en otra ocasión hace pocos días, el proyecto jazz-progresivo unipersonal del canadiense Greg Chambers. Prolífico como él solo y empecinadamente misántropo en el enfoque de su carrera musical, el susodicho Sr. Chambers pasó todo el año 2015 trabajando en dos labores, una plasmada en su disco publicado a inicios del año que se titula “Scatterbrain”, y otra que consiste en una suite de poco más de una hora de duración: esta suite se llama “Kaleidoscope” y ocupa todo el disco que se subió a la red de Bandcamp de SUPERFLUOUS MOTOR a inicios de abril pasado. Podemos decir que si aquel disco nos pareció estupendo, este último nos parece aún superior, lo cual es decir muchísimo a su favor. Lamentamos haber conocido tan tarde la obra de SUPERFLUOUS MOTOR, pero ahora que lo hemos hecho, lo designamos como uno de los descubrimientos más notables que hemos disfrutado en los últimos meses. Tal como hemos señalado más arriba, “Kaleidoscope” está ocupado por una suite de cinco secciones que juntas se extienden por un tiempo de más de una hora: Chambers se propuso compones una pieza continua bastante extensa donde la cantidad de motivos reiterados fuese el menor posible. Veamos cómo resultó la idea.


La primera parte del presente concepto de “Kaleidoscope” comienza con un prólogo parsimonioso sustentado sobre una sobria cadencia de piano… pero pronto las cosas se agilizan dentro de un dinamismo colorido y grácil en el que confluyen los paradigmas de WEATHER REPORT (etapa de la segunda mitad de los 70s) y SOFT MACHINE (entre el “Fifth” y el “Seven”). Alrededor de la frontera del séptimo minuto y medio, se vira a un motif aún más ágil dentro del cual las cosas prometen explayarse hacia una exaltación propia del periodo clásico de JEAN-LUC PONTY… pero solo hace durante un breve pasaje, pues en realidad nos hemos encarado ante un puente que nos lleva hacia una sección de talante abstracto y reposado, un poco al modo de una cruza entre JAGA JAZZIST y TORTOISE. Así es como termina la primera parte de este opus, volviendo a la sobriedad inicial pero con una remodelación futurista que se inserta claramente en la faceta etérea del jazz contemporáneo. La segunda parte desarrolla una espiritualidad extrovertida más consistente, ostentando una ampulosidad aguerrida en su manera tan traviesa de hilar la secuencia de motivos. Transitando libremente por los terrenos de RETURN TO FOREVER, FRANK ZAPPA, HERBIE HANCOCK y NIACIN, el esquema sonoro que maneja ahora SUPERFLUOUS MOTOR permite a los motivos sucesivos sacar lustre a todos los rincones (patentes o escondidos) de su fulgor, siendo así que cada motivo instaura una llamarada autónoma dentro de la hoguera global. Durando 8 ¾ minutos, es la parte menos extensa del concepto de “Kaleidoscope”, pero vaya si no suceden muchas cosas en su espacio asignado. El breve epílogo de piano conforma un oportuno recurso de serenidad desde el cual se abre la puerta a la emergencia de la Parte 3, que es la más extensa de todas con su duración de casi 15 ¾ minutos. El pasaje inicial es adorablemente relajado, bien situado bajo las coordenadas de los paradigmas de HAPPY THE MAN y las primeras obras solistas de CHICK COREA. A los dos minutos, la musicalidad vira drásticamente a una ilación de dos secciones donde se trabaja grooves genialmente eficaces en su mezcla de gancho y sofisticación, bien articulados en su establecimiento de vasos comunicantes con el modelo de NIACIN; una tercera sección habrá de reforzar y capitalizar el vigor expresivo en curso para articular un exultante homenaje a RETURN TO FOREVER a través de una ilación de urgentes motivos. Ya podemos decir que el disco ha encontrado un clímax imponente en lo que se refiere a la exteriorización de las aristas más elocuentes de su arquetipo jazz-progresivo. Tras un interludio cósmico, llega la fase final de la Parte 3 con una retoma del modelo de NIACIN, brevemente interrumpida por un meditabundo interludio de piano.

Para cuando se inicia la Parte 4 todavía quedan 25 minutos y pico de la suite. Explorando una vez más el tipo de vitalidad sonora que hemos disfrutado en otros pasajes de las partes precedentes, se nos vuelve a mostrar otro giro a las tuercas de CHICK COREA, NIACIN y HAPPY THE MAN. Poco antes de llegar a la frontera del quinto minuto y medio emerge un pasaje arquitectónicamente guiado hacia el modelo del sinfonismo con ribetes space-rockeros, siendo así que la estilización melódica empleada para la ocasión nos muestra un interesante híbrido de PINK FLOYD y TANGERINE DREAM. La siguiente sección nos conduce a un ejercicio de furiosa explosividad jazz-rockera, una llamarada de virtuosismo técnico festivamente empleado para expresar la simple alegría de vivir. En el último minuto las cosas se relajan un poco para ayudar a que se instaure el groove funky-jazzero con el que se inicia la quinta y última parte, que efectivamente resuelve en primera instancia una solución de continuidad con el talante celebratorio de la cuarta. Las variantes temáticas apuestan ora por preservar la luminosidad dominante a través de motivos sostenidos por complejas estructuras rítmicas, ora por crear un sorprendente contraste por vía de un pasaje estilizadamente relajado. Eso sí, el primero de estos recursos es el más recurrente, al menos hasta que llega el pasaje final de piano que replica el inicio de la Parte 1 tras un puente signado por un aura de etéreo sinfonismo. Como fina de cuentas, queda claro que tenemos en “Kaleidoscope” un trabajo musical de varios quilates, una muestra más del nivel tan grande de ingenio musical que posee el cerebro de SUPERFLUOUS MOTOR.


Muestras de “Kaleidoscope”.-


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