Thursday, January 03, 2013

THE MUFFINS y su nuevo vocabulario de grandeza progresiva


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.
Hoy es el momento de hablar de THE MUFFINS, el incombustiblemente creativo ensamble estadounidense conformado por Thomas Frasier Scott [saxofones alto y soprano, clarinete alto, flauta, oboe, fagot, teclados, trompeta], Dave Newhouse [teclados, saxofones tenor y barítono, clarinete bajo, acordeón] Billy Swann [bajos, guitarras acústica y E-bow, contrabajo] y Paul Sears [batería, percusión]. Este cuarteto volvió a la carga con un nuevo disco titulado “Mother Tongue”, uno de los más fabulosos de los últimos meses de 2012. Este grupo formado en los 70s con una decidida y peligrosa misión de reactivar las influencias del Canterbury, el rock-in-opposition y la tradición fusionesca de avanzada se ha mantenido en un sitio bastante respetable dentro de la siempre inquieta y marginal escena vanguardista de su país. Especialmente desde su reactivación a inicios del nuevo milenio, THE MUFFINS ha logrado mantener un ritmo de creación musical razonablemente consistente: si a fines de 2010 dio muestras de tremenda energía con “Palindrome”  (disco que reseñamos aquí mismo en el enlace http://autopoietican.blogspot.com/2011/02/muffins-y-su-palindromo-progresivo.html), ahora “Mother Tongue”, desde setiembre último, evidencia irrefutablemente que THE MUFFINS es más que un simple grupo, es una fuerza espiritual cuatripartita que sigue enorgulleciendo los ideales artísticos del ideal musical progresivo. Vayamos al repertorio del disco para justificar estas loas con algún nivel de meticulosidad: la secuencia completa solo dura unos 40 minutos, pero es muy gratificante de escuchar.


‘Little Squares’ abre el disco de una forma dinámicamente colorida, con un llamativo motif central estructurado en un compás de 7/8. ‘Trench Mouth’ adopta una aureola más densa aunque el swing sigue siendo cautivante y asequiblemente apreciable: el jam en torno al cual gira tiene un aire a lo WEATHER REPORT difícil de disimular. ‘Sure Thing’ entra a tallar en clave de blues con raigambre tradicional, un momento para mirar a los paisajes más rudimentarios del propio corazón antes de que la dupla de ‘Going Softly’ y ‘Never Slap A Monkey’ elabore una minuciosa excursión por los parajes más sofisticados de la tradición del movimiento Canterbury (pensando en SOFT MACHINE, GILGAMESH y NUCLEUS). ‘Going Softly’ se concentra en un aire de expectativa, al modo de un preludio que va continuamente reconstruyéndose antes de que el ensamble encuentre el encuadre definitivo; por su parte, ‘Never Slap A Monkey’ se orienta hacia una dimensionalidad más fusionesca dentro del esquema jazz-rockero general, exhibiendo una agilidad que es manejada con una exquisitez infinitamente pulcra. 


‘Illegal Aliens’ regresa al territorio de WEATHER REPORT para replantear el momentum de a pieza precedente con un aire añadido de solemnidad, mientras que ‘6 Dozen Games’ gira el asunto musical en 180º al plasmar un espectral ejercicio de soundscapes de guitarra sobre capas cósmicas de teclado. Habiendo pasado de la solemnidad de un atardecer de primavera a la inquietud de una neblina otoñal, el oyente se enfrenta acto seguido a ‘Parade March’ y sus gentiles vibraciones sónicas, organizadas según una línea de trabajo que parece una cruza entre  SHADOWFAX y el primer HOWEVER. ‘Beat 10’ parece ir por una onda similar, pero es oportuno señalar el juego de tensiones armado por los diálogos entre los vientos nos recuerda al HENRY COW del “Leg End”, mientras que la suntuosa labor de Sears a la batería nos remite al RETURN TO FOREVER de la etapa 73-74. Engarzado con el fade-out de ‘Beat 10’, ‘In The Ghost Light’ ofrece un momento de serenidad contemplativa con su aura crepuscular; las delicadas líneas de flauta despliegan retratos sonoros de los colores más sobrios de la melancolía dentro de una estructura general de cool jazz. El sorpresivo final del álbum viene con el minúsculo posludio ‘Tribute To Percy’, un collage de distorsionados ruidos de sirenas y gritos: un epílogo muy bizarro en el sentido de intrigante, no chocante.


Siendo un disco donde el factor jazzero es más predominante que en otras ofertas anteriores, “Mother Tongue” brinda a THE MUFFINS la oportunidad de explorar con particular meticulosidad su gusto por el swing bien armado y las sonoridades estilizadas. Ante todo, cabe destacar que “Mother Tongue” goza de una musicalidad rica e ingeniosa, y ésta es la principal virtud que lo sustenta como un nuevo disco importante para la persistencia del buen nombre que esta veterana banda tiene en el mundo progresivo estadounidense desde hace más de tres décadas.                 

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