Monday, June 07, 2010

DAAL - un origami disorgánico hecho rock progresivo











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Saco a colación en este post a otro grupo que he conocido un poco tardíamente: me refiero a DAAL, proyecto italiano conformado por los dos veteranos Alfio Costa (teclista de COLOSSUS PROJECT, PROWLERS, TILION, etc.) y Davide Guidoni (baterista-percusionista de NUOVA ERA, TAPROBAN, OZONE PLAYERS, etc.). Su disco 2009 se titula “Disorganicorigami”, el mismo que resulta una mezcla de tributo a y reformulación de varias pautas clásicas del género progresivo, producto de una línea de trabajo sanamente ecléctica donde la variedad de ideas musicales en curso logra mantenerse bien focalizado en un esquema integral. Antes de este disco, esta dupla ya había concretizado su participación en una grabación multi-grupal de tributos al rock progresivo sueco titulado “Rökstenen”; además, está actualmente preparando sus aportes respectivos para un tributo progresivo al “Paraíso” de Dante y otro a los relatos de Edgar Allan Poe, ambos a ser publicados por Musea Records en el futuro próximo. Varios invitados van y vienen para aportar matices y solos desde la guitarra, los vientos, las cuerdas, el bajo y las voces, logrando así completar dinámicamente las ideas compositivas de Costa y Guidoni.

La diversidad de estrategias estilísticas que confluyen dentro del bien perfilado concepto sonoro de “Disorganicorigami” abarca al space-rock, al sinfonismo, a cosas cercanas al prog metal, a pasajes de corte free-jazz, incluso a una especie “modernizada” de rock in opposition junto a amables recuentos del estándar del así llamado World music. También hallamos en este disco sendos tributos a PINK FLOYD y al RAGNAROK sueco (en realidad, este último es un bonus que consiste en el cover de un tema del segundo disco e RAGNAROK para el mencionado recopilatorio “Rökstenen”). Con ruidos de sirena de alarma antibélica y secuencias sintetizadas espaciales se arma el clima de la pieza introductoria ‘Holocaustica’, un alucinado viaje musical por el camino del space-rock cuasi-metálico. Es una secuencia de latidos la que nos conecta con el siguiente tema ‘Chimaira’, el cual hereda mucho de los climas cósmicos y heavy del tema de entrada pero para reciclarlos a través de una confluencia entre el dinamismo del rock psicodélico y la fastuosidad imponente del rock sinfónico más ostentoso, con inocultables (aunque no exagerados) matices de prog-metal que entran a tallar con el fin de realzar el colorido general. Los riffs de guitarra son bastante contundentes desde su rol funcional, pero es en el perfecto encuadre entre el swing de Guidoni y los variados recursos que Costa extrae de sus sintetizadores y pianos donde radica la esencia de la pieza. ¿A qué sonaría OZRIC TENTACLES tocando un tema compuesto para el primer álbum de GORDIAN KNOT y contando con Gavin Harrison como baterista invitado? La respuesta se sabrá escuchando este tema… y de paso, dejándose cautivar por él. ‘Mo(o)nso(o)n’ sigue a continuación para trasladar el hasta ahora imperante ambiente space-rock hacia una dinámica ágil que combina la experimentación étnica del World music y apabullantes sonoridades astrales cibernéticas que nos remiten tanto a TANGERINE DREAM como al OZRIC TENTACLES de los primeros 90s. El solo de violín a cargo del invitado Riccardo Palfanin alterna pasajes de evidente corte académico con otros más etéreos que se condicen con las alusiones étnicas anteriormente mencionadas. Después de una sirena antibélica y un cardiograma, que no nos sorprenda que un tono de teléfono sea el ítem que introduce el cuarto tema, ‘Brain Melody’. Aquí la cosa pasa a un sendero menos astral y más cerebral, afín al estándar del chamber-rock galo (sí, algo así como UNIVERS ZERO). Los aires de misterio y tenebrismo se plasman perfectamente en las espartanas escalas de piano y capas de mellotron que emergen sobre la arquitectónica base rítmica armada por Guidoni. El siguiente tema, ‘The Dance Of The Drastic Navels, Part 1’, dura casi catorce minutos y medio. Durante sus primeros 3 minutos, el asunto está focalizado en ambientes concretos electrónicos que tienen mucho en común con el krautrock de base sintetizada (TANGERINE DREAM, CLUSTER), pero poco después la cosa vira inesperadamente hacia una excursión de free-jazz bastante solvente. Dentro del contexto musical que se había estado explayando en los primeros cuatro temas del disco, esto no parecía tener sentido, pero una vez que nos detenemos a escuchar lo que está pasando, podemos advertir la solidez técnica con la cual se desempeña el dúo. El invitado Alessandro Papotto, quien había aportado algunos matices de oboe a través de la secuencia espacial inicial, opera en la porción free-jazz con musculares elaboraciones al saxo. Al llegar al sexto minuto y medio, volvemos por un rato al minimalismo concreto para luego tornar hacia un modelo sinfónico inquietante que suena a un ELP “crimsonizado”. Parece mentira que se pueda crear tanta robustez rockera sin que esté involucrada ninguna guitarra… pero es realidad. Poco antes de llegar al minuto 10 se produce un nuevo y definitivo regreso a los climas cósmicos, un poco a lo JOBSON-con-VANGELIS.

Los siguientes 3 minutos del disco están ocupados por la pieza homónima. Ruidos mecanizados y respiraciones generan un espíritu de expectativa en medio de un contexto industrial, y esto es solo el principio de la extravagancia. El tenso solo de saxo a manos de Papotto y los samplers de bandas militares completan este cuadro musical abstracto que parece evocar imágenes surrealistas inspiradas en la deshumanización del mundo contemporáneo. El tributo a la emblemática banda PINK FLOYD llega con un cover de ‘A Saucerful Of Secrets’, un producto osado y original que logra crear algo renovado a partir de esta referencia universal para cualquier melómano progresivo. DAAL se vale de su propio interés por explorar artilugios digitales dentro de lo progresivo para impulsar su propia creatividad en relación con esta pieza ajena. La sección final recibe una dosis especial de candor merced a la intervención de una dupla vocal femenina. ‘Children Of Our Dreams’ es el epílogo del repertorio oficial del disco – basado en un bonito motivo de piano, incluye sobrios arreglos de cuerda y madera además de algunos ornamentos industriales en el trasfondo. La idea de esta pieza es extender un manto de bella serenidad sobre las inacabables alusiones a una inquietud inminente, y realmente es una idea excelente para completar el concepto de “Disorganicorigami”. No perdamos de vista a DAAL: quién sabe qué nuevas sorpresas progresivas nos brindará en el futuro.

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