Tuesday, January 31, 2017

METAMORFOSI: música celestial para el Purgatorio


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

METAMORFOSI, la veterana banda italiana que creó algunas de las páginas más intensas y bellas de la primera generación del rock progresivo de su país, sigue siendo una fuerza vital bajo la guía bicéfala Jimmy Spitaleri [canto] y Enrico Olivieri [piano, órgano Hammond y sintetizadores], y con la dupla rítmica del baterista-percusionista Fabio Moresco y el bajista Leonardo Gallucci (tocando también algo de guitarra acústica), el colectivo de METAMORFOSI completa su tripartito concepto dantesco basado en la inmortal obra La Divina Comedia con “Purgatorio”. Básicamente, éste ha sido el leitmotiv del regreso a la actividad musical de este grupo: terminar el tríptico conceptual iniciado con su obra magna “Inferno” (disco de 1973 que marcó a la vez su cénit en los 70s y, a la vez, su despedida de la escena rockera de entonces) y continuado ya en el nuevo milenio con “Paradiso”. En este segundo ítem del año 2004 participaron los mismos cuatro músicos que entran en acción ahora para “Purgatorio”: como es habitual, el teclista Olivieri es el más prolífico compositor del nuevo material. El disco que tenemos en nuestras manos fue publicado en octubre del 2016 (un año después de terminado) por vía de una coproducción de los sellos Sony y BMG, tanto en vinilo como en CD: la ventaja de este segundo formato es que contiene todas las 19 piezas creadas para el concepto en cuestión, teniendo el vinilo 7 canciones menos. Bueno, repasemos ahora los detalles del repertorio íntegro.


El disco se inicia con la tetralogía de ‘Eco Dagli Inferi’, ‘Catone’, ‘Angelo Nocchiero’ y ‘Negligenti’, 9 ½ minutos bastante estupendos para atraer nuestra atención y satisfacer nuestras más ambiciosas esperanzas melómanas. ‘Eco Dagli Inferi’ es el prólogo pomposamente ceremonioso que el disco exige, portando un aura cósmica en el núcleo temático basado en las capas de sintetizador que también tiene algo de sombrío; ‘Catone’ emerge con un fragor llamativo que inunda espacios de ímpetu rockero con buen pulso, mientras que ‘Angelo Nocchiero’ trae algo de calma introspectiva dentro de un contexto manierista muy propio de la tradición progresiva italiana. El personal de METAMORFOSI estaba totalmente dispuesta a demostrarnos que en el momento presente sigue siendo amo y señor de su juego musical. Cuando llega el momento de ‘Negligenti’ el aura manierista por ahora imperante se torna dramática, debidamente apoyada en las suntuosas orquestaciones de los diversos teclados que Olivieri tiene a su disposición. Con ‘La Malastriscia’, el grupo crea un pasaje juguetón donde impera el barroquismo a fin de que el variado esquema rítmico escogido para la ocasión pueda ser manejado con un sentido claro de la luminosa suntuosidad, y así, el reinante vigor rockero puede arroparse de convincente exquisitez. A continuación llega la dupla de ‘Porta Del Purgatorio’ y ‘Superbi’, la cual cumple con la misión de seguir ahondando en las arrolladoras armazones sonoras que el grupo se proyecta para el disco: el primero de estos temas regresa de lleno a lo ceremonioso con un toque extra de sombría emotividad mientras que el segundo exhibe una vitalidad aseñorada bien elaborada para el medio tiempo escogido para la ocasión. ‘Invidiosi’ se centra mayormente en un hermoso motif de piano oportunamente arropado por flotantes orquestaciones de sintetizador: para la instancia final, el grupo elabora una rotunda algarabía rockera... ¡Qué pena que tenga que ser tan breve! ‘Iracondi’ sigue a continuación para restablecer una atmósfera grandilocuente que lleva un poco más allá los legados de ‘Catone’ y ‘Superbi’: esta canción resulta ser la sucesora perfecta de ‘Invidiosi’.

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‘La Chiesa E l’Impero’ ofrece una atmósfera etérea con su oportuna dosis de vibraciones tétricas mientras la ingeniería rítmica crea un dinamismo casi mecanicista; se engarza con esta canción ‘Accidiosi’, tema que sirve para que el cuarteto se disponga a potenciar el dinamismo ahora reinante con una acrecentada fastuosidad. La coda de clavicordio es muy bella, preparando el terreno para el arribo de ‘La Femmina Balba’, canción hermosa marcada por una mezcla de manierismo y romanticismo. Su gancho bien pudo explotarse con una mayor expansión del arreglo instrumental, pero así quiso el grupo que quedara la canción. Las orquestaciones de teclado se sienten particularmente cálidas aquí. ‘Avari E Prodighi’ surge después para crear un paraje de amable extroversión que incluye un fabuloso solo de sintetizador, siendo así que ‘Golosi’ toma de inmediato la posta para darle a esta línea de trabajo un matiz un poco más complejo a través del empleo de grooves jazz-rockeros en el esquema rítmico y un dinamismo más exigente en el desarrollo melódico. ‘Lussuriosi Purgatorio’ se hace eco de esta algarabía y regresa a las estructuras sonoras más grandilocuentes que habían hecho acto de presencia en el repertorio precedente: hay un aura espacial en esta canción que responde al empleo de ritmos programados para sostener las capas y fanfarrias de los sintetizadores. Durando 5 ¼ minutos, ‘Paradiso Terrestre’ se erige como un instrumental excelso y cautivador, inicialmente centrado en los serenos pasajes de piano, los cuales oscilan entre lo barroco y lo flotante con total naturalidad. Luego sigue un breve interludio de órgano de claro talante gótico, el cual es sucedido por el cuerpo central, el cual ostenta una vivacidad elegante e imponente. Influencias del legado de RICK WAKEMAN hay, sin duda. Tras este momentum tan rotundo emerge la dupla de ‘Beatrice’ e ‘Il Carro E l’Aquila’: la primera es básicamente un leve preludio a la segunda, la cual está signada por una grisácea grandilocuencia. En medio de la parsimonia esencial de ‘Il Carro E l’Aquila’ brillan estupendos solos de órgano y de sintetizador. Los últimos 5 ¾ minutos del disco están ocupados por ‘E Rinnovato Volo’, una bella canción con estructura de himno: su patente solemnidad tiene total sentido pues su letra expone el anuncio de la siguiente fase en el trayecto de Dante, el paseo por el Cielo. El arreglo coral del final resalta la conmovedora magnificencia del himno.

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Con este disco, la música del Purgatorio solo puede sonar celestial: esto es precisamente “Purgatorio”, un símbolo de la trascendencia mística traducido al lenguaje del rock progresivo en su dimensión más holística que incluye no solo características musicales sino también poéticas, arquitectónicas y pictóricas. METAMORFOSI sigue siendo, tal como lo señalamos en el primer párrafo de la presente reseña, autora de algunas de las páginas más bellas de la historia del rock progresivo italiano y sigue manteniendo su vigencia en la escena actual. 

Saturday, January 28, 2017

MARBIN: relatos del hombre-cabra y demás espectros jocosos de la fiesta jazz-progresiva



HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Incansables, inagotables… pero sobre todo geniales, los músicos del grupo jazz-progresivo israelí-estadounidense MARBIN nos regalaron otra gozada de disco con “Goat Man & The House Of The Dead” en el último tercio del pasado año 2016: más exactamente, a fines del mes de setiembre, como siempre, por vía del sello MoonJune Records. El cuarteto de Dani Rabin [guitarra], Danny Markovitch [saxos], Jon Nadel [bajo] y Blake Jiracek [batería] nos brinda un catálogo de musicalidades férreas e intensas que siempre saben conservar la exquisitez a través de sus diversas modalidades de musculatura. Dicho sea de paso, Jiracek reemplaza a Greg Essig, quien había aparecido en el disco del 2015 Aggressive Hippies”. Las sesiones de grabación para este nuevo repertorio de 9 ítems fue bastante breve: solo tomaron dos días de la segunda mitad del mes de marzo del mismo año 2016. Ese fue todo el tiempo que tomó gestar esta serie de relatos jazz-progresivos y otros personajes y espectros jocosos. Bueno, pasemos ahora a los detalles de dicho repertorio.


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El disco comienza con ‘Buddha Complex’, tema que dura casi 5 ½ minutos, tiempo que aprovecha rigurosamente en su totalidad para explayarse en una vitalidad robusta y juguetona. Definitivamente, el saxo es el instrumento que más absorbe instancias de protagonismo dentro de un engranaje sonoro que se revela disciplinadamente cohesivo. ‘Goatman’ sigue a continuación para cumplir con la misión de instaurar una atmósfera ritualística, tal vez con algunos resabios de dramatismo. Bajo la guía del saxo y bien compenetrado con el sofisticado groove en acción, el encanto inherente a la melodía central es ciertamente cautivador, recibiendo posteriormente un tratamiento más muscular cuando llega el turno del solo de guitarra… uno de los mejores de todo el disco, vale decir. El turno de ‘The House Of The Dead’ es uno de alegría y extroversión bajo una atmósfera mesuradamente cándida. La aureola folclórica del motif central adquiere una frescura especial merced al impulso que la batería motiva para la amalgama grupal, todo ello mientras el saxo opera más como instrumento pictórico que musical. Con la dupla de ‘Whiskey Chaser (Intro)’ y ‘Whiskey Chaser’, el grupo se dispone a mostrarnos más aristas de su robustez esencial, aunque en la sección introductoria todavía se mantiene en una actitud serena, casi expectante. Una vez que nos situamos en el cuerpo central de ‘Whiskey Chaser’, disfrutamos de un espléndido ejercicio de sonoridades aflamencadas con ese vigor especial que MARBIN ha convertido hace muchos años en marca de la casa: éxtasis frenético activado por un jolgorio filudo. La guitarra de Rabin está literalmente en llamas, como si en ella se hubiesen fundido las mentes de JEFF BECK, JAN AKKERMAN y AL DI MEOLA. Tras este clímax de frontal fulgor emerge ‘Electric Zombieland’, una pieza un poco más reposada pero que todavía mantiene el nervio crucial de la banda. En todo caso, tenemos aquí un ejercicio de jazz-rock portador de un innegable gancho, ostentando un núcleo temático llamativo y vitalista.


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Durando poco más de 6 minutos, ‘Money Train’ sigue insistiendo en navegar por las corrientes del jazz-rock, esta vez con un enfoque fusionesco que nos remite a los legados de ALLAN HOLDSWORTH y de la MAHAVISHNU ORCHESTRA por igual. Al igual que en el caso inmediatamente anterior de ‘Electric Zombieland’, el encanto específico de esta pieza se apoya principalmente en la manera tan sabia que tiene el grupo de explotar el gancho intrínseco del motif central mientras lo ornamenta con oportunos despliegues de virtuosismo. En comparación, tiene mayor vigor y su esquema rítmico muestra un sentido más pronunciado de la sofisticación. La inserción de un groove bluesero a mitad del camino con el fin de sustentar un fabuloso solo de saxo ayuda a hacer las cosas aún más interesantes rumbo al final. Con esta secuencia de ‘Whiskey Chaser’, ‘Electric Zombieland’ y ‘Money Train’, el repertorio del álbum ha conquistado una cima decisiva e inapelable. Los últimos 17 ¼ minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Carnival’ y ‘Escape From Hippie Mountain’. ‘Carnival’ es el tema más extenso del álbum y también el más sereno: el talante de la primera sección está fluidamente encapsulado en las vibraciones introspectivas que se destilan desde cada uno de los poros de su envolvente desarrollo melódico, mas en una segunda instancia, el ambiente se torna más exultante, solventemente edificado sobre un groove ágil y contagioso. El nuevo asunto no se extiende por demasiado tiempo pero sí causa un impacto fuerte en la estructura de las interacciones entre los instrumentistas. De regreso al primer motivo, el grupo le da un enfoque un poco más aguerrido bajo la guía de la guitarra (casi Hendrixiana aunque también con su innegable toque de BECK), encaminando al tema hacia un epílogo entrañable. Por su parte, ‘Escape From Hippie Mountain’ es expresión de alegría químicamente pura en un esquema jazz-rockero de raigambre funky. Volvemos a esa línea de trabajo en la cual el saxo ocupa un rol especialmente protagónico pero el solo de guitarra porta una estupenda fiereza volcánica que le da un aire nuevo al irrefrenable espíritu lúdico de la pieza. La labor de la dupla rítmica – especialmente la del baterista – es soberbia. Una gran manera de concluir el álbum.


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Lamentamos haber reseñado a “Goat Man & The House Of The Dead” un poco tarde, ya estando a fines del año 2017, cuando se trató de uno de los discos más excitantes y contundentes del año 2016. Pero bueno, según dicen, más vale tarde que nunca y nunca es tarde para recomendar esta nueva joya musical perpetrada por los (aparentemente) infalibles MARBIN. Este disco es algo más que un simple disco, es una jocosa celebración jazz-progresiva del arte del sonido. 


Muestras de “Goat Man & The House Of The Dead”.-
Escape From Hippie Mountain: https://www.youtube.com/watch?v=Pb4Pei0Nixk

Tuesday, January 24, 2017

WINGFIELD REUTER STAVI SIRKIS: el hogar cuatripartito para la vanguardia jazz-progresiva


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El sello MoonJune Records nos agasaja enormemente con la promoción de este proyecto llamado WINGFIELD REUTER STAVI SIRKIS y su correspondiente registro fonográfico titulado “The Stone House”: por supuesto, este proyecto integra a los magistrales Mark Wingfield [guitarra], Markus Reuter [Touch Guitar], Yaron Stavi [bajo sin trastes] y Asaf Sirkis [batería]. Un ensamble germano-británico-israelí de gran alcurnia, equipado con toneladas de talento e ingenio expresivo, abriendo campo para el reinado de la textura y el imperio del impresionismo dentro de un esquema sonoro sólidamente exigente en lo técnico. Con un lanzamiento oficial planificado para el Día de San Valentín del presente año 2017, este disco amenaza con erigirse en uno de los referentes de la producción vanguardista de este año que acaba de empezar; también amenaza con brindarnos una hora de deleite jazz-progresivo… ¡y vaya si no la cumple con creces! El material de “The Stone House” fue grabado en una sola jornada – 19 de febrero del 2016 – en La Casa Murada Studio, estudio de grabación ubicado en la localidad catalana de Banyeres del Penedes, para luego ser mezclado y masterizado por Wingfield en el Heron Island Studio, entre los siguientes meses de julio y setiembre. Repasemos ahora los detalles de este disco.



Ocupando los primeros 12 ¼ minutos del álbum, ‘Rush’ nos dispone para abordar la óptica adecuada para la apreciación del material contenido en el disco. Sigilo contemplativo envuelto en una neblina misteriosa es lo que llega a nuestros oídos a través de las capas iniciales de esta pieza, pero ésta no tarda en instalarse dentro de una ambientación muy diferente, una donde la sutileza y la tensión se hermanan en una única fuerza sonora. La amalgama de magia bizarra al modo de la faceta más densa del paradigma de MAHAVISHNU ORCHESTRA, intensidad neurótica propia del paradigma Crimsoniano y psicodelia progresiva que los continuos desafíos entre Wingfield y Reuter gestan con buen pulso son sostenidos solventemente por una dupla rítmica que alterna recursos de solidez bien definida con otros de liberación filibustera. Para los dos últimos minutos emerge un solo de bajo diseñado para guiar a la pieza hacia un reflexivo epílogo. A continuación sigue ‘Four Moons’, la pieza más breve del disco, expone un momento de otoñal serenidad cubierto bajo un manto de mesura espectral. El motif central se preserva estrictamente bajo las pautas de los delineamientos melódicos creados para la ocasión. Tras el otoño llega la primavera, cuya pieza embajadora es ‘Silver’. Este tema entra a tallar para desplegar renovadas exhibiciones de luminosidades y vehemencias rockeras sobre el sustento de un compás complejo aunque pletórico de soltura y vivacidad. El nervio reinante se mantiene sólido bajo la guía dual de Reuter y Wingfield, quienes encuentran continuamente espacios de hermanamiento a través de sus duelos. Tenemos aquí un cénit decisivo del álbum.

‘Fjords De Catalunya’ regresa a las cósmicas lagunas de inquieta introspección que antes se nos habían brindado en ‘Rush’, pero esta vez con un tenor claramente orientado hacia la espiritualidad aleatoria del free-jazz. El escenario presente ahora es uno de continuas deconstrucciones donde la lógica de la desestructuración se regodea solventemente en remodelar su propia robustez esencialmente indefinida. Nos vamos acercando al final del disco cuando llega el turno de ‘Tarasque’, una pieza que nos lleva a un espacio intermedio entre las nerviosas deconstrucciones de la pieza precedente y la vehemencia extravagante y luminosa de ‘Silver’. Este tema nos puede hacer recordar perfectamente al modelo de UPPER EXTREMITIES así como a las travesías monumentalmente inquietas que hallamos en la obra solista del propio Wingfield y en la de otros maestros del jazz-rock vanguardista como Barry Cleveland y Henry Kaiser. Bajo la apariencia de desencuentros – a los oídos poco receptivos a este tipo de paradigma musical – late un persistente sistema de alerta para edificar diálogos entre texturas y ritmos mientras ambos se van rehaciendo. Es una labor tremendamente ardua de experimentación musical vigorosa que hace camino al andar mientras inventa nuevas concepciones de andanza. El aura siniestra de las instancias finales proporciona el cierre perfecto para este trayecto. Sin duda, tenemos en ‘Tarasque’ otro cénit fundamental del repertorio de “The Stone House”. Durando poco menos de 14 minutos, ‘Bona Nit Señor Rovira’ cierra el disco con un esplendor rotundo y contundente que comienza mostrándonos a un cuarteto ensimismado en hacer un recuento sumamente gráfico de las sonoridades y grooves más intensos del repertorio precedente… y con eso, llevar a la creatividad grupal hacia niveles flamantes de reciedumbre. Un poco de heavy prog no viene mal para alimentar el fuego del jazz-rock experimental. Pero eso no es todo, pues a poco de pasada la frontera del quinto minuto la fiereza imperante se encumbra hacia una densidad que se sitúa entre lo cósmico y lo nervudo. Se trata en realidad de un interludio que presenta el ingreso de una sección flotante y lírica, enmarcada en una etérea taciturnidad que ostenta una rara fuerza de carácter. Así terminan la pieza y el álbum.  


Tal como nos atrevimos a predecir en el párrafo inicial de esta reseña, “The Stone House” está destinado a erigirse como uno de los ítems más atractivos de la producción musical vanguardista del recientemente iniciado año 2017. El colectivo de WINGFIELD REUTER STAVI SIRKIS realmente toca los límites del cielo con cada pieza que elabora en su cuatripartito hogar musical, y eso solo puede conllevar que consideremos a “The Stone House” como un disco recomendable al 100% para los fans del rock progresivo y del jazz con motivaciones especialmente aventureras.


Muestras de “The Stone House”.-
Silver: https://markwingfield-moonjune.bandcamp.com/track/silver

Sunday, January 22, 2017

El inacabable celuloide progresivo de DJAM KARET

Sonic Celluloid

HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

La gente de DJAM KARET vuelve al ruedo fonográfico en estas instancias iniciales del año 2017 con “Sonic Celluloid”, disco de estudio que conforma el #18 de su dilatada carrera iniciada en el año 1984. El nuevo repertorio que nos brinda este disco, el cual incluye 10 piezas que juntas suman un espacio de casi 45 ¼ minutos, se basa mayormente en una serie de soundscapes, ambientes sintetizados y grabaciones ambientales creados por Gayle Ellett [guitarras eléctrica y acústica, bouzouki, sintetizador Moog, mellotrón, órgano Hammond, piano eléctrico Fender Rhodes] y Chuck Oken, Jr. [batería, secuencias de teclados analógicos y digitales, efectos de sonido], por lo que se puede decir que ellos fungieron de facto como directores de esta empresa. El bajista original Henry Osborne aparece nada menos que en 6 temas del disco, mientras que el más recientemente ingresado Aaron Kenyon aparece en un tema aportando efectos de bajo; Mike Henderson crea retroalimentaciones de guitarra para los temas #4 y #9 mientras que Mike Murray elabora atmósferas de guitarra en los temas #7 y #9, añadiendo también piano al último. Como siempre, el disco nuevo es publicado por el sello de la banda Firepool Records, siendo la fecha oficial el próximo 27 de enero. En realidad, más que una ilación de 10 temas autónomos tenemos aquí un repertorio compacto donde predomina el sentido de unidad interna. Con todas estas indicaciones, cabe esperar un disco situado en las provincias atmosféricas y cinematográficas del amplio universo sonoro de DJAM KARET (p.e., “Suspension & Displacement” y “Ascension”, y también algo de “The Trip” ), pero para nada nos topamos aquí con un disco uniforme y monocorde. El grupo maneja a la perfección el arte de dar continuas vueltas a sus ideales musicales perpetuos con virajes siempre refrescantes. La producción y masterización corrieron a cargo de Ellett mientras que Murray se encargó del arte gráfica. Veamos ahora los detalles del disco, ¿vale?


Durando 6 minutos y segundos, ‘Saul Says So’ abre el álbum con un imponente preludio marcado por un tenor atmosférico que nos remite a esa faceta cósmica de PINK FLOYD a las que siempre fue adepta la gente de DJAM KARET. Ya cuando entra en acción el ensamble íntegro, el esquema sonoro se vuelve ágil y grácil en su talante sinfónico, aunque hay también una cierta aureola de misterio provista por las capas y ornamentos de los teclados: pero, por lo demás, los solo de guitarra (algunos a la acústica) brindan un colorido amable al jam central en 6/8. Con la ilación de ‘Forced Perspective’ y ‘Long Shot’, el grupo sigue ahondando en su bien nutrido aparato de recursos sónicos. En efecto, ‘Forced Perspective’ se inserta seriamente en el modus operandi del jazz-rock melódico bajo un ropaje psicodélico muy contenido, para nada denso, casi como retomando algunos elementos de “Regenerator 3017” con un guiño muy domesticado a la electrónica. Por su parte, ‘Long Shot’ establece un dinamismo híbrido donde se fusionan los ensueños espaciales de TANGERINE DREAM y la vivacidad rockera esencial del grupo. Nos parece particularmente una pena que este segundo factor no esté más profundizado aquí, pero nos complace que ‘Long Shot’ haya instaurado un contraste convincente ante la pieza precedente. Cuando emerge el cuarto tema, titulado ‘No Narration Needed’, el grupo nos invita a acompañarle en una exploración de sonoridades y ambientaciones intimistas, las cuales desarrollan un esquema melódico sereno bajo un atavío de flotante melancolía. Cuando llega el turno de ‘Numerous Mechanical Circles’ esta melancolía sigue reinando pero esta vez con añadidos matices de inquietud ante un misterio inescrutable, una inquietud sólida e inteligentemente expresada a través de armonías y capas sintetizadas que destilan una inmensa dosis de envolventes titilaciones etéreas. Acto seguido, ‘Oceanside Exterior’ nos lleva de nuevo a territorios de los TANGERINE DREAM de la fase 74-77 y al VANGELIS de la última mitad de los 70s. El guitarreo que emerge en algún momento añade un oportuno acento de solemnidad al asunto.

Demostrando que el disco ya llegó al punto de quedarse permanentemente focalizado en las esferas de lo grácil y lo volátil, ‘Au Revoir Au Rêve’ se encarga de generar un incremento de la luminosidad sonora en un ejercicio de space-rock melódico con talante electrónico, casi como si se tratara de una vieja partitura perdida para un jam olvidado de los PINK FLOYD del “Wish You Were Here” y que fue hipotéticamente retomada y remodelada por la asociación de HARMONIA y BRIAN ENO. ‘Flashback’ retoma el minimalismo evocativo de ‘Numerous Mechanical Circles pero con el señorío de ‘Oceanside Exterior’, el mismo que es motivado en buena medida por la presencia de la guitarra en medio del paisaje cósmico elaborado al alimón por las secuencias sintetizadas y los ornamentos de mellotrón. El tema más breve del disco se titula ‘Lower’ y dura poco menos de 3 minutos: su atmósfera central se orienta un poco al estándar del post-rock. ‘The Denouement Device’ cierra el repertorio del disco con una cálida sobriedad en su desarrollo temático y una cadencia amable que permite un perfecto asentamiento de la amalgama de teclados, guitarra acústica. Las comedidas florituras del bajo eléctrico que hacen acto de presencia desde el primer instante anuncian lo que efectivamente tendrá lugar a poco de pasada la frontera del segundo minuto: la instalación de una comedida fastuosidad (un poco a lo MIKE OLDFIELD) para que el cuerpo central se beneficie de una peculiar diafanidad. Un elemento extra de “Sonic Celluloid’ es el tema ‘Evil Gimpy’, el cual dura poco más de 6 ¼ minutos y puede ser descargado con la compra (virtual o física) del nuevo disco. El susodicho tema, cuya grabación data del tiempo de “Regenerator 3017”, ostenta un groove llamativo de claro tenor jazz-progresivo al modo de una confluencia entre los mundos de TRIBAL TECH y NATIONAL HEALTH, con algunos ornamentos psicodélicos que entran a tallar ocasionalmente para enriquecer un poco a la de por sí solvente vitalidad del desarrollo temático.   


Fueron poco más de tres cuartos de hora de deleite progresivo los que nos han brindado los tipos de DJAM KARET: “Sonic Celluloid” es un estupendo catálogo de música progresiva centrada en lo reflexivo y lo cósmico, una exhibición de sonoridades que dan prioridad a las facetas etéreas e intangibles del amplio ideario estético de la banda. Aunque podamos ceder a la tentación de añorar la señorial exuberancia de “Regenerator 3017” o la musculatura de “The Heavy Soul Sessions”, que no nos quepa duda de que “Sonic Celluloid” responde cabalmente a los persistentemente elevados estándares de ingenio musical a los cuales nos ha tenido y sigue teniendo acostumbrados los señores de DJAM KARET.



Muestra de “Sonic Celluloid”.-

Forced Perspective: https://www.youtube.com/watch?v=GO-nUDUH14k

Thursday, January 19, 2017

Paseando por mercados y otros lugares con DWIKI DHARMAWAN y sus amigos


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El talentoso y virtuoso músico indonesio DWIKI DHARMAWAN nos trae un nuevo trabajo discográfico, el CD doble “Pasar Klewer”. Acompaña al pianista DHARMAWAN una nutrida pléyade de músicos: Yaron Stavi al contrabajo, Asaf Sirkis a la batería y las percusiones, Mark Wingfield a la guitarra, Nicolas Meier al glissentar y la guitarra acústica, Gilad Azmon al clarinete y saxo soprano, Boris Savoldelli al canto, Aris Daryono al canto, las percusiones exóticas y el violín de 3 cuerdas, Peni Candra Rini al canto y el colectivo de Gamelan Jess Jegog organizando una orquesta gamelana. Publicado a fines de setiembre pasado por el sello MoonJune Records, este disco fue grabado en su mayor parte en la ciudad de Londres en los días 9 y 10 de junio del 2015, en el EastCote Studio, con otros registros añadidos a partir de sesiones que tuvieron lugar en Italia (para los aportes vocales de Savoldelli), en Bali y en Yakarta. Más de una hora y 35 minutos de jazz contemporáneo manifestado en diversas facetas nos esperan en nuestro repaso del abundante repertorio de “Pasar Klewer”.


La pieza homónima es la que justamente se hace cargo de iniciar las cosas, ocupando un generoso espacio de 12 ½ minutos. El encuadre de piano, batería y guitarra es manejado con una grácil combinación de serenidad y densidad. Cuando se ha superado la barrera del sexto minuto, el segundo de estos aspectos termina imponiéndose para focalizarse en un clímax crucial que es sucedido por un ingenioso viraje fusionesco que se arma en un breve interludio, el cual sirve para que se arme una nueva excursión extrovertida, esta vez en un vibrante explayamiento de expresividades free-jazzeras. El guitarrista Wingfield se luce con su peculiar vigor. ‘Spirit Of Peace’ sigue a continuación para gestar un mágico híbrido de matices arábigos, aflamencados y medio-orientales, siendo así que el clarinete y el violín ayudan cabalmente en el sostenimiento y desarrollo del soberbio motif central. Cuando emerge ‘Campuhan’, el ensamble se apresta a seguir ahondando en las aristas fusionescas que anteriormente se instalaron con autoridad para darles un nuevo vuelo, un impulso hacia juegos más sofisticados de contrastes y tensiones. De este modo, los momentos líricos se permiten resaltar su calidez mientras que los recursos de sonoridad expresionista gestan una luminosidad que tiene algo de desafiante. La dupla de ‘Forest’ y ‘London In June’ sigue ampliando espectros y estrategias sonoras antes nuestros atentos oídos. ‘Forest’, una canción del álbum “Cuccooland” del maestro ROBERT WYATT, sirve para explorar estándares del jazz con una espiritualidad intimista, crepuscular, casi coqueteando con lo sombrío aunque más bien se trata de una observación especialmente relajada sobre el flujo de la vida y el paisaje que la madre naturaleza siempre despliega ante nuestros ojos. El canto de Savoldelli asume una cálida gravedad muy a tono con la espiritualidad bien definida del esquema instrumental en curso. Por su parte, ‘London In June’ desarrolla una vitalidad señorial que nos remite tanto al WEATHER REPORT pre-1975 como al paradigma de NUCLEUS, añadiendo algunos matices del SOFT MACHINE de sus clásicos álbumes #4 y #5. Compuesta en base a un jam de free-jazz centrado en el trípode de DHARMAWAN, Stavi y Sirkis, se trató de la última pieza del lote en ser grabada: el título proviene de la circunstancia de que se grabó en Londres y del hecho de que MoonJune es el nombre del sello fonográfico involucrado en la realización del disco. Mención especial para los alucinados aportes vocales de Savoldelli, los cuales realzan el momentum surrealista.

‘Lir Ilir’ es una pieza del folklore tradicional indonesio que DHARMAWAN trae a colación para transformarla en una orgía jazz-rockera de gran calibre: la sonoridad nuclear de este ambicioso viaje musical de más de 11 ½ minutos de duración abre oportunos espacios para el lucimiento del dinamismo expansivo de la guitarra de Meier y el canto enérgicamente evocativo de Peni. Imaginemos al RETURN TO FOREVER de los dos primeros años trasladado a un ritual del Medio Oriente. ‘Bubuy Bulan’ – balada folklórica readaptada para el lenguaje de jazz vanguardista – sigue a continuación para ahondar en la sólida prestancia de la señorial y fastuosa ingeniería del ensamble. El clarinete es el instrumento que en esta ocasión ocupa un rol coprotagónico en un interesante duelo con el piano de DHARMAWAN, todo ello en medio de la envolvente melancolía que arropa al desarrollo temático. El oyente empático no podrá evitar meterse en sintonía con esta pieza, perdiéndose a sí mismo y reencontrándose tras el irremediable final. Sin desestimar para nada a las dos piezas precedentes (sobre todo porque ‘Bubuy Bulan’ nos pareció conmovedoramente bella)), nos vemos obligados a poner la medalla de oro del segundo volumen de “Pasar Klewer” a ‘Frog Dance’, alucinante pieza dueña de una luminosidad llamativa. Tenemos aquí el perfecto engranaje mutuo entre los universos de PAT METHENY y CHICK COREA dentro de un muy agradable ejercicio de jazz-rock penetrado por un irresistible candor melódico. ‘Life Its Self’ también se caracteriza por una intensidad especial, pero esta vez el swing reinante es un poco más sutil en su patente extroversión, y sobre todo, ya no se resaltan aquí los colores de la primavera sino el matrimonio del último esplendor de verano y la primera bruma de otoño. Wingfield regresa al bloque de invitados para aportar su visión particular dentro del jam en curso. ‘Purnama’ vuelve al sendero de la melancolía convertida en belleza celestial en el arte del sonido: regresa el espectro de ‘Bubuy Bulan’, esta vez con un ropaje un poco más suntuoso, lo suficiente para no romper la magia etérea. El segundo volumen se cierra con una versión instrumental de ‘Forest’, el cual se centra en los matices más explícitamente volátiles y atmosféricos de la pieza original de ROBERT WYATT… pero también tenemos la guitarra de Wingfield para arañar y retorcer la sobria arquitectura grupal en momentos estratégicos.

Todo esto fue “Pasar Klewer” un fabuloso disco doble de DWIKI DHARMAWAN y sus amigos que dignifica a lo grande el universo actual del jazz. Sin duda, Indonesia es una fuente de músicas excelsas y agradecemos mucho a MoonJune Records por poner algunas de sus manifestaciones fonográficas a nuestra disposición. 


Tuesday, January 17, 2017

BATISFERA: inmersión en los círculos interiores del rock progresivo ruso


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy presentamos al grupo progresivo ruso BATISFERA, formado por iniciativa del multi-instrumentista Oleg Anurin en el 2007 y que debutó fonográficamente con el disco “Solar Wind – The Inner Circle”, un álbum conceptual donde se explora el vínculo que hay entre la personalidad astrológica del sol y los planetas con las diversas facetas de la psique humana. Este álbum es el resultado natural de un primer demo grabado a poco de formarse el grupo, el cual llamó la atención de algunos sellos dedicados a la difusión de rock experimental y psicodélico. El repertorio del disco que comentamos ahora está estructurado en un continuum musical atractivo y llevadero, siendo dueño de una musicalidad ágil y ecléctica que siempre nos mantiene alertas. El proceso de gestación de “Solar Wind – The Inner Circle” fue muy duro y prolongado debido principalmente a que Anurin sufrió a poco de formado el proyecto de BATISFERA un accidente que le llevó a tener una de sus manos escayolada por bastante tiempo. Pero bueno, “Solar Wind – The Inner Circle” se convirtió en una realidad tangible bajo la labor de producción realizada por el sello Mals en el año 2012 tras extensivas sesiones de grabación llevadas a cabo en los estudios Silence Records y RGSI. El grupo está armado por el trío de Anurin [voz, teclados, flauta, didgeridoo], Michael Zonov [guitarras, vargan] y Michael Heifets [batería]. En el proceso de grabación de “Solar Winds: The Inner Circle”, el trío contó con los aportes de Vladimir Kislyakov [bajo], Mike Volokh [doudouk], Aleksander Movsesyan [kemancha, kemani] y Roman Savin [vargan]. Nuestra reseña sobre “Solar Wind – The Inner Circle” llega un poco tarde (bastante, en realidad), pero la publicamos ahora porque nos parece justo prestar atención al grupo que lo creó.


Durando casi 14 minutos, ‘The Sun – You’re My Son’ abre el disco con una fabulosa mezcla de soltura y fastuosidad. Comenzando con un delicado y breve prólogo signado por etéreas escalas de sintetizador, el cuerpo central no tarda en emerger para instalar una poderosa mezcla de colorido y vigor que nos remite simultáneamente a los paradigmas de EMERSON, LAKE & PALMER y YES. Las ilaciones entre los pasajes extrovertidos y los calmados son impolutas en su intensiva fluidez, y no faltan los momentos instrumentales en los que el ensamble hace gala de su estupendo manejo de contrastes en las atmósferas y compases inusuales, y cómo no, de la fineza de su creatividad melódica. El empleo de un minúsculo pasaje pastoral poco antes de llegar a la barrera del noveno minuto y medio crea un impulso para el fastuoso esplendor que aún queda por elaborar. El interludio ‘Transition A’ consigna una oportuna continuidad con el cálido vigor expresivo que era esencial para la primera canción, aunque con el matiz de que los teclados asumen un protagonismo especial, mientras abre la puerta a ‘Mercury – Who I Am?’. Esta canción capitaliza el vigor de lo anterior para llevarlo hacia una soltura más muscular, tanto en lo que se refiere a la paleta sonora edificada por el bloque instrumental como a la arquitectura rítmica. Esta vez las confluencias estilísticas son con SPOCK’S BEARD y KARMACANIC, aunque a veces coquetea también con el paradigma de DREAM THEATER (pre-2001). Para las partes cantadas, la intensidad rítmica se calma un poco a fin de que el mensaje pueda ser transmitido con una cómplice ceremoniosidad. La emergencia de ‘Transition B’ es la coda de piano – con añadidos retazos de guitarra eléctrica – brinda una serena conclusión a la imponente luminosidad de ‘Mercury’, estableciendo un solvente ejercicio de cautivador manierismo.

‘Venus – Brought You Roses Every Sunday’ comienza con una cándida armonización de flauta y guitarras acústicas, muy a tono con la faceta contemplativa y pastoral de la más pura tradición Genesiana. Más bien, el talante netamente barroco de la flauta que actúa como catalizadora nuclear de los desarrollos y variantes del motif central nos remite al modelo de THIJS VAN LEER. Mientras la pieza avanza en su agrandamiento, se abre ciertos espacios estratégicamente ubicados para el despliegue de musculatura rockera, pero básicamente se tratan de subterfugios en torno a los cuales se arman las variantes. Poco después de superar la barrera del sexto minuto y medio, las cosas sí se deciden por virar hacia un momento de tensión emocional, recurriendo a esquemas disonantes y tintes densos que nos remiten al Crimsonismo escandinavo (los primeros discos de ANEKDOTEN) así como al heavy prog. Para la escalada final surge un fabuloso solo de guitarra que se sitúa a medio camino entre JEFF BECK y JIMMY PAGE mientras los teclados vuelan a territorio de JORDAN RUDESS, todo ello aterrizando en un solemne epílogo introvertido. En poco más de 3 ¼ minutos, ‘Transition C’ nos devuelve al ambiente pastoral inicial con ciertos ornamentos delicadamente volátiles al modo del GENESIS de la época 70-73. Definitivamente, esta canción y su transición elevan la esencia ecléctica de la banda a niveles de desconcierto sistemático. Si los dos primeros temas nos habían transportado desde el amanecer hasta el entusiasmo del esplendor matutino, ‘Venus’ encarna el cénit del mediodía con su excelente caleidoscopio sonoro. El tema que sigue a continuación, titulado ‘Earth – I’m Walking’, está obligado a hacer algo impactante para no quedar opacado por ‘Venus’, y de entrada nos muestra sus claras intenciones de que no ocurra tal drama con un cuerpo inicial en el que se combinan estándares de JETHRO TULL, HATFIELD AND THE NORTH y YES. La confluencia de robustos barroquismos, gráciles cromatismos folclóricos y fabulosamente complejas cadencias rítmicas en clave jazz-rockera nos anuncian otro cénit inmediato, tal vez el pico decisivo del álbum. La impetuosa ingeniería instrumental que ocupa los primeros 3 ½ minutos tienen vida propia como un potencial ítem autónomo, pero llega la primera sección cantada instalada sobre un compás calmado, para luego ser sucedida por otra sección en clave jazz-progresiva. Todo esto va muy en línea con la tradición de YES y los paradigmas contemporáneos de THE FLOWER KINGS y THE TANGENT.  

‘Transition D’ expone un diálogo libre entre guitarra acústica, piano y bajo, sirviendo de puente entre las conclusivas consonancias introspectivas de ‘Earth’ y el breve prólogo romántico de piano con que se inicia ‘Mars – Four Years Since’. Esta pieza de 12 ¼ minutos de duración se centra inicialmente en una labor sinfónica con sabores y matices folclóricos de Europa del Este y del Oriente Medio, dando prioridad al tempo de 5/4. Posteriormente, el grupo regresa su recurso favorito de mezclar sinfonismo de vieja escuela a lo YES y grooves de inspiración Canterburyana. En los últimos 4 minutos, el grupo hace una efectiva síntesis de estos elementos constitutivos de la canción. Tras la instalación de ‘Transition E’, un ejercicio de exquisito candor melódico bajo la guía de la flauta, emerge la canción de cierre ‘Phaeton – Don’t Touch Me!’, la cual se focaliza en los elementos más filudos de la visión musical de la banda. Aunque hay espacio para el desarrollo de momentos relajados, la estrategia predominante es la de explayarse en los aspectos más aguerridos de lo sinfónico, dejando incluso entrar algunos factores psicodélicos bien calculados en ciertas locaciones concluyentes a fin de que el vigor expresivo en curso – incluido en lo vocal – se pueda explayar a sus anchas a través del bien delineado encuadre melódico. Así concluye nuestra experiencia con “Solar Winds – The Inner Circle”, una experiencia un tanto tardía mas no por ello menos agradecida: ha sido un deleite enorme para nosotros descubrir a BATISFERA y nos morimos de ganas por saber qué nuevos discos podrán hacer en el futuro cercano para plácemes del público progresivo que todavía existe en el mundo.


Muestras de “Solar Winds: The Inner Circle”.-
Earth – I’m Walking: https://soundcloud.com/batisfera/batisfera-03-who-am-i 

Saturday, January 14, 2017

El ecléctico milagro progresivo de COSARARA


HOLA, AMIGO DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traemos a colación al grupo italiano COSARARA y a su homónimo primer disco, uno de los ítems que más sensación han causado en nosotros durante nuestro disfrute y repaso de la producción progresiva del año 2016. “Cosarara” fue publicado por vía de la asociación de Btf y AMS a poco de pasado el ecuador del año pasado. Este grupo instrumental originario de la ciudad de Asti (Piamonte) está conformado por Andrea Onesti [guitarras], Francesca Goria [teclados y sintetizadores], Aluffi Paul [bajo] y Maurizio Pinna [batería]. Este cuarteto tiene sus raíces en el año 2005 y recién ahora, con una alineación modificada a través de todos estos años, ha podido exponer su propuesta musical al mundo… y nos alegramos mucho por ello. Esta propuesta refleja un interesante híbrido de psicodelia, post-rock, sinfonismo y elementos pesados de la tradición progresiva, pero entenderemos mejor cómo maneja el grupo su propio eclecticismo entusiasta cuando revisemos paso a paso el repertorio de “Cosarara”.

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Durando poco menos de 10 ½ minutos, ‘Havismat’ abre el repertorio con una prestancia envolvente, moderadamente majestuosa, portando un nervio que nunca se sobresalta. Trabajando meticulosamente con un cuerpo central cuyas ulteriores transformaciones son manejadas con grácil fluidez, el cuarteto sabe crear una sensación de elegante tensión que nunca llega a soltarse. El gancho de los sencillos fraseos de guitarra y los múltiples ornamentos de teclado – que van desde el space-rock hasta el jazz – se unen en un matrimonio sónico muy efectivo. Poco antes de llegar a la frontera del séptimo minuto y medio se da un brevísimo momento de reposo desde el cual el grupo capitaliza la máxima expresión de su vigor rockero en camino directo hasta su abrupto final. Luego sigue ‘Serenloonies’, bello y misterioso interludio de piano (acompañado de efectos flotantes de guitarra) donde se parece evocar la memoria de una temporada en el Limbo: añorar y sentirse abrumado al unísono. Cuando llega el turno del tercer tema, el cual se titula ‘Miraggio’, el grupo parece hacerse eco de la otoñal nostalgia del mencionado interludio en su primera sección, claramente diseñada como un híbrido de space-rock y sinfonismo. Para cuando llegamos al cuerpo central, la banda vira hacia algo más explosivo creando una mezcla de psicodelia y post-metal sin abandonar la claridad melódica de talante sinfónico que se había iniciado en el prólogo. Si ‘Havismat’ podía sonar a un jam perdido de HAWKWIND meticulosamente remodelado por una asociación de músicos de RED SPARROWES y MOGWAI, lo que tenemos ahora en ‘Miraggio’ es como si la maqueta de un jam abandonado por el CAMEL de la etapa 76-78 hubiese caído en manos de los músicos de MY SLEEPING KARMA y ellos, junto a un par de invitados de ASTRA, lo hubiesen completado a su modo. Como sea, tenemos en esta pieza un momentum espléndido del álbum, un cénit decisivo con el que la banda muestra su mejor baraja.

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Como si el título estuviera para reflejar el hecho de que la mente musical está proyectándose hacia una observación introspectiva, ‘Io’ desarrolla un clima señorial que es, a la vez, robusto e intimista. Como si se estuviera haciendo una traducción del legado de los PINK FLOYD de la fase 71-75 al lenguaje del post-metal bajo la inspiración de unos RUSSIAN CIRCLES, el cuarteto elabora un jam señorial bajo la imperante guía de la guitarra, la cual se luce como nunca antes en el disco. La sección final es un poco más impetuosa, mostrando lo que resulta cuando una luminosidad espiritual que ha pugnado por varios minutos por mostrarse tal cual logra abrirse campo con la solvencia deseada. ‘Totentanz’, por su parte, nos muestra directamente las facetas más ágiles y extrovertidas del ideario musical de COSARARA. Volviendo a la estrategia de mezclar psicodelia y sinfonismo con un cierto predominio del último en cuanto a la elaboración de los motifs y de sus respectivos desarrollos, la banda nos brinda momentos solventemente expandidos de calidez sonora, calidez que adquiere su debida cuota de sofisticación expresionista con el empleo estratégico de algunos quiebres rítmicos a lo largo del camino. Tras un minúsculo interludio marcado por un sereno recogimiento emerge una coda poderosa en la que el grupo vuelve a jugar con sus inquietudes post-metaleras. En suma, dado el excelente manejo de prestancia ecléctica que se da en ‘Totentanz’, éste resulta un nuevo cénit del disco. Durando poco más de 8 minutos, ‘Innisfree’ cierra el álbum creando una suerte de síntesis entre la magia de ‘Havismat’ y el exquisito refinamiento exhibido en ‘Miraggio’. Una vez más, la guitarra se luce de forma especial durante el desarrollo temático. Por su parte, la dupla rítmica y las texturas diversas de los teclados crean un paisaje sonoro abrumador y contundente no exento de momentos flotantes que vienen muy bien a la hora de airear un poco la intensidad predominante.

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Todo esto es lo que la gente de COSARARA nos ha brindado con su homónimo disco debut, una de las sorpresas más agradables (y para nada rara) que se han
gestado en el variopinto escenario progresivo italiano en el pasado año 2016. Vale la pena anotar el nombre de este grupo y de este disco en nuestras agendas melómanas, y cómo no, seguir la pista al cuarteto con miras a próximas producciones en años venideros.


Muestras de “Cosarara”.-


Wednesday, January 11, 2017

Música y movimiento por obra y gracia de ANWKOZIK


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA. 

Hoy traemos a colación al grupo francés ANWKOZIK, un ensamble instrumental dedicado a cultivar una modalidad jazz-progresiva altamente sensible a la incorporación de elementos psicodélicos, space-rockeros y math-rockeros dentro de su esquema sonoro. La alineación del grupo consiste en Méroje al bajo, Floa la batería, la tríada de guitarristas conformada por Broz, Micki y Kaktus, y el saxofonista Denis: el hecho de que sean tres los guitarristas dentro del ensamble – tres, nada más y nada menos, tres – hace que los operarios de este instrumento se vean forzados y motivados a armar sus propios engranajes autónomos dentro de la maquinaria integral del sexteto. Las texturas, armonías, esquemas rítmicos y solos se suceden dentro de una ingeniería inteligente que abre suficientes espacios para la libertad expresiva que el núcleo jazzero del grupo necesita crear en los arreglos de sus composiciones. El grupo es originario de Sarrebourg, en la región de Lorena (muy cerca de la frontera con Alemania). “Objects In Motion” es el título de su disco debut, publicado de forma independiente a fines de mayo del 2016: veamos ahora los detalles del repertorio contenido en él.
  
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Durando 9 minutos y pico, ‘Love Inspector’ abre el álbum con un señorío tan recio como sobrio, ostentando una ágil mezcla de jazz-rock, post-rock, psicodelia y arquitecturas Crimsonianas (al modo del periodo de los 80s) a través de un generosamente dinámico groove manejado por Floa y Méroje. Aunque el esquema de trabajo se preserva con estricta consistencia de principio a fin, nunca pierda la frescura a través de su liberalmente extensa duración. A continuación sigue ‘L.N.A.’, pieza que cumple con la función de trabajar con las aristas más filudas del sonido grupal. Mientras las tres guitarras refinan majestuosamente su propia amalgama colectiva, el saxofón impone su fuerza de carácter con luminosa soltura; más bien, para el momento del solo de guitarra, el nivel de fragor del entorno baja un poco, volviendo a ascender cuando el saxofón vuelve a compartir el protagonismo con las tres guitarras. Se siente a la banda muy seguramente asentada en el terreno expresivo que ella misma ha edificado cuando emerge ‘Flower Power’, pieza que se desarrolla sobre una base rítmica más compleja que las empleadas en las dos piezas precedentes: la banda empieza a coquetear con el math-rock levemente mientras se aferra a su disciplina sónica habitual. De hecho, notamos también aquí un lirismo más pronunciado. ¿No será ésta una partitura perdida por PAT METHENY que fue recogida y reelaborada por un combo de músicos de TOE y de DON CABALLERO? El solo de guitarra que emerge alrededor de la frontera del quinto minuto y medio nos suena muy afín a los que solía hacer Adrian Belew en el KING CRIMSON de los 80s. Nos atrevemos a aseverar que ‘Flower Power’ encarna el cénit decisivo del disco. ‘Spanish Blues’ no tiene ritmo de blues sino de funky-jazz, así al modo del HERBIE HANCOCK de inicios de los 70s o la faceta más grácil de los WEATHER REPORT.

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Nos vamos acercando al final del disco cuando surge ‘The Art Of Eating Oysters’, tema que realiza una suerte de síntesis entre el extrovertido vigor jazzero de la pieza inmediatamente anterior y la magia elegante de los dos primeros temas del álbum. En algún momento, el asunto vira hacia un etéreo engranaje en 5/4 que instaura un recurso de ensueño moderadamente neurótico dentro del ambicioso espacio que el ensamble se ha proyectado para la ocasión. El asunto regresa poco después al lugar de origen e incluso recurre a un incrementado vigor rockero para ello. Durando poco menos de 11 ¼ minutos, ‘Saint Malo’ concluye el repertorio y se revela como la pieza más extensa del mismo. Su expresionista y entusiasta espiritualidad se centra mayormente en la tríada de guitarra rítmica, bajo y batería, lo cual hace que el ensamble completo ostente una sonoridad de talante cósmico, casi rayano con el estereotipo del space-rock contemporáneo. Vamos, que solo faltan unas capas de sintetizador para que se trate de una pieza de QUANTUM FANTAY o de HIDRIA SPACEFOLK. Pero, con todo, en los fraseos emanados de los solos de saxo o de guitarra que enriquecen al jam se hace inconfundiblemente patente la esencia jazz-rockera del grupo: la cosa es seguir dando vueltas de tuerca al inquieto y entusiasta eclecticismo que la gente de ANWKOZIK instaura como el leitmotiv definidor de su propuesta musical, así que ‘Saint Malo’ resulta el broche perfecto para el repertorio de “Objects In Motion”. Este disco ha sido una de las sorpresas más espléndidas de la producción vanguardista del año 2016 en la escena francesa, y por tanto, debemos anotar el nombre del sexteto ANWKOZIK en nuestra lista de grupos al cual debemos seguir la pista de ahora en adelante.   


Muestras de “Objects In Motion”.-
Flower Power: https://anwkozik.bandcamp.com/track/flower-power

Sunday, January 08, 2017

Opus #2 de CTHULHU RISE


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

El cuarteto ucraniano CTHULHU RISE se hace presente en las vitrinas fonográficas del año 2016 con su segunda placa, la cual se titula justa y concisamente “The Second One”. De la mano de este grupo conformado por Alexander Chub [bajo], Andy “Gone” Prischenko [batería], Ivan “S_D” Serdyuk [guitarras] y Stanislav “Beaver”  Bobritskiy [teclados]. Publicado en la segunda mitad de agosto pasado, cuatro años después de su excelente disco debut “42”, este disco nos muestra a unos CTHULHU RISE que siguen fortaleciendo su vibrante propuesta jazz-prog-avant-metalera con una maestría que no solo carece completamente de visos de agotamiento sino que se retroalimenta con creciente y convincente vigor. Las infinitas dosis de musicalidad y poder expresivo que la banda insufla y potencializa en su nuevo repertorio no deja margen a dudas respecto a lo que acabamos de decir; de hecho, no podemos ocultar nuestro entusiasmo sobre lo que hemos disfrutado en “The Second One” y aún no hemos entrado en sus detalles, por lo que ahora lo haremos para justificar apropiadamente dicho entusiasmo.

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‘Opus 33’ abre el disco con un despliegue de vigor musical que impone
su llamativo carisma dentro del mundo del sonido. 
Ostentando una viril majestuosidad en base al recio hermanamiento de la ingeniería rítmica y los riffs de guitarra, los teclados aportan un diverso colorido que transita fluidamente entre lo jazzero y lo psicodélico. Como dijimos, esta pieza inicio se caracteriza mayormente por un carisma llamativo, y éste recibe un impulso notorio con el señorial solo de guitarra que entra a tallar así como con el gallardo solo de piano. Los ornamentos de piano eléctrico en el pasaje final también merecen una mención especial. A continuación, con la secuencia de ‘Opus 34’ y ‘Opus 35’, el grupo se dispone a desarrollar y ampliar exploraciones más expansivas de su esencial eclecticismo. En efecto, ‘Opus 34’ comienza con una arrolladora y compleja ingeniería que combina jazz-metal con estándares del KING CRIMSON de los 90s, para luego centrarse en un dinamismo jazz-rockero más centrado en claridades melódicas de la guitarra y efluvios sensuales del piano. La alternancia entre tormentas psicodélicas y luminosidades cálidas se proyecta muy sólidamente hasta el arribo de la explosión final. Por su parte, ‘Opus 35’ ostenta una prestancia más celebratoria, como una extroversión que solo quiere mostrarse al mundo tal como es. El manejo de la robustez rockera en los pasajes más directamente filudos y la inserción de un dinamismo de inspiración Latin-jazz en algunos de los pasajes más ligeros nos impresionan bastante: todo parece tan desorbitado en el papel pero estos músicos concretan la magia ecléctica en curso con impoluta solvencia. Incluso los momentos en que se deja resaltar a los poderosos riffs de guitarra se nota que el teclado – especialmente el piano – es quien lleva la batuta del desarrollo temático. ‘Opus 36’ sigue en parte por esta renovada senda de capitalización del factor jazz-rockero, especialmente en lo que se refiere a la armazón del swing en varios pasajes, pero en esta ocasión el esquema sonoro está más repartido en su eclecticismo porque cubre también áreas y detalles propios de los discursos del prog-metal y del sinfonismo en su versión más fastuosa. Hay dos fabulosos solos de sintetizador que conjugan las esencias de KEITH EMERSON y JORDAN RUDESS.

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Durando casi 6 ¼ minutos, ‘Opus 37’ resulta la pieza más extensa del disco, y definitivamente debemos catalogarla como uno de los picos máximos del repertorio que ahora nos ocupa. Su misión consiste en prolongar el brillante dinamismo ecléctico desarrollado inmediatamente antes en ‘Opus 36’ mientras le insufla algunos aires de punche rockero contundente al estilo de las dos primeras piezas del álbum. Cabe señalar que quizá tenemos aquí uno de los mejores solos de guitarra del repertorio (el primero), que se sitúa a medio camino entre el paradigma de STEVE VAI y el estándar de ROBERT FRIPP en su faceta “pesada”. También es impactante apreciar la soltura con la que el baterista maneja la compleja arquitectura rítmica en curso. Las exploraciones sónicas del cuarteto siguen afianzando sus robustas vibraciones en la subsiguiente ilación de ‘Opus 38’ y ‘Opus 39’, temas que ocupan conjuntamente un espacio de 8 ½ minutos y que coinciden en explayarse en una espiritualidad pletóricamente extrovertida con solvente liberalidad. El enfoque que se enfatiza con particular entusiasmo es el factor jazz-rockero, pero se nota específicamente en ‘Opus 38’ una luminosidad de talante celebratorio (un poco a lo LEVIN MINNEMANN RUDESS) mientras que ‘Opus 39’ se inclina más bien hacia lo neurótico, eso sí, con una marca patentemente jovial. Este detalle es potencializado por el generoso empleo de ornamentos y sonoridades propias del estereotipo prog-metalero en muchos pasajes: de este modo, ‘Opus 39’ funciona como una sesuda síntesis de los aspectos más musculares del cosmos musical de CTHULHU RISE. Con la secuencia de ‘Opus 41’ y ‘Opus 42’ se cierra el repertorio del álbum. Tenemos en el primero de estos temas la inclusión de elementos funky dentro del complejo esquema rítmico que el grupo eligió para la ocasión; se trata de una pieza más metida en el área del jazz-rock que en el del prog-metal o de la psicodelia, casi como si se tratara de un tributo a TRIBAL TECH pero con arreglos de guitarra cercanos al paradigma de LIQUID TENSION EXPERIMENT y algunos sonido de teclado propios del súper-trío LEVIN MINNEMANN RUDESS. Por su parte, el segundo de estos ítems se enfoca más hacia un híbrido de sinfonismo moderno y heavy prog, siempre sobre la base de una sofisticada ingeniería rítmica. El solo de órgano sintetizado es abismalmente grandioso, una oportuna guía para la potencia musical general del ensamble

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Todo esto fue “The Second One”, un disco excitante de escuchar que nos arrolla con su perpetua contundencia mientras nos cautiva con su contundente inteligencia musical. La gente de CTHULHU RISE merece todas nuestras ovaciones y este disco nuevo merece una recomendación al 100%. 


Muestras de “The Second One”.-
Opus 35 [en vivo]: https://www.youtube.com/watch?v=Xu2i5AAqBus 
Opus 37 [en vivo]: https://www.youtube.com/watch?v=7t0_GIDrDlU