Friday, October 14, 2016

EVELINE'S DUST y la dialéctica placer-dolor en clave progresiva


HOLA, AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy es el turno de presentar al grupo italiano EVELINE’S DUST, formado en la ciudad de Pisa en el año 2012 y conformado por Lorenzo Gherarducci [guitarras eléctricas y acústica], Nicola Pedreschi [teclados y canto], Marco Carloni [bajo] y Angelo Carmignani [batería]. Su disco de debut se titula “The Painkeeper” y fue publicado a inicios del presente año 2016, mostrando las influencias propias de encuadres sonoros tan diversos en su espectro temporal como son la primera escuela del rock sinfónico, la escena neo-progresiva renovada de los 90s, el escenario retro-prog del nuevo milenio italiano, el jazz-rock y el vitalismo pesado que se desprende tanto de la última época de PORCUPINE TREE como el estándar prog-metalero. Se trata de una estrategia convincente y sólidamente ecléctica que se termina plasmando en “The Painkeeper”, álbum conceptual de temática introspectiva relativa a la lucha que entabla el yo contra un ser misterioso que pretende destrozar los sueños que dan sentido a la vida y creatividad al espíritu: la mirada que echa el yo a su propia prestancia interior en esta lucha se traduce en sonoridades poderosas y resolutas en manos de estos cuatro músicos que integran EVELINE’S DUST. En alguna ocasión aparece como invitado Federico Avella al saxo soprano, y lo mismo hace la cantante Carolina Paolicchi. Bueno, ya es hora de revisar los detalles de “The Painkeeper”.




El breve prólogo ‘Awake’ – no llega a los dos minutos de duración– da inicio al repertorio con una aureola de robusta rotundidad. El terreno está preparado para que entre a tallar la canción homónima, la misma que dura casi 8 ¼ minutos. El primer motivo es ceremonioso, bien centrado en su propio lirismo a través del uso contenido de expresividad rockera que el grupo maneja con muy buen pulso. En la segunda mitad, la pieza evoluciona hacia una atmósfera densa y con razonables dosis de tenebrismo; para la sección final, la polenta se endurece y se torna un tanto opresiva, aunque sin exagerar, al modo de un campo intermedio entre sus paisanos de CAMERA CHIARA y el paradigma de ANEKDOTEN. Luego sigue ‘NREM’, un instrumental centrado en atmósferas sobrias donde se el esquema grupal parece insertarse en terreno neo-progresivo: tras un arreglo que sigue el modelo de los SPOCK’S BEARD clásicos cuando emulan los contrapuntos vocales de GENTLE GIANT, el bloque instrumental se instala con una refinada afabilidad que tiene mucho del CAMEL de los 80s. Además, el color aportado por el saxo soprano ayuda bastante a enriquecer el esquema melódico en curso. Cuando emerge ‘Clouds’, el grupo reinstaura las aristas más sofisticadas de su esquema musical, y lo hace a lo grande: estableciendo vasos comunicantes con sus compatriotas de UNREAL CITY y NOT A GOOD SIGN, además de ARENA, el grupo desarrolla transiciones ambiciosas desde lo aguerrido hasta lo sereno con una bien lograda fluidez. El momento del solo de piano expone un gran recurso de elegancia melódica con sutiles resabios jazzeros, y lo que sigue a continuación, que es la coda, es un breve despliegue de vitalidad rockera en la que curiosamente confluyen estándares de GENESIS y DREAM THEATER, retomándose el motif inicial.

La segunda canción más larga del disco es ‘Joseph’ (la más extensa es la homónima) con sus poco más de 8 minutos de duración. Comienza con un lirismo cuasi-pastoral que nos remite al paradigma del SPOCK’S BEARD de los primeros cuatro álbumes, pero pronto se nos revela que esta primera sección es en realidad la antesala al motif que se desarrolla allende la frontera del tercer minuto. Con este motif, la banda elabora un dinamismo vigoroso donde se alternan pasajes liderados por una guitarra pesada y otros en los que un piano de talante gótico dirige el entramado instrumental; es justamente a partir de este último que se ha de gestar el clímax conclusivo de la pieza. Al instante en que se evaporan los sonidos de la última nota de teclado de ‘Joseph’ emerge la vitalista pieza ‘A Tender Spark Of Unknown’, la cual se caracteriza por establecer un bien focalizado eclecticismo bajo las inspiraciones simultáneas de ECHOLYN, LA MASCHERA DI CERA y YES. En sus 4 ¼ minutos de duración, esta canción nos obsequia un estupendo equilibrio de gancho y sofisticación, por lo que su rol puede interpretarse como el de capitalizar la riqueza musical que tan ostentosamente se había cimentado en ‘Joseph’ bajo una óptica más luminosa. Cuando llega el turno de ‘Vulnerable’, el grupo se explaya en su faceta romántica y nos obsequia un momento de cándido lirismo. El sorpresivo viraje temático que se da en la coda exhibe un intenso y complejo ejercicio de dinamismo musical al estilo de los momentos más filudos del estándar Genesiano. Los últimos 10 ¼ minutos del disco están ocupados por la ilación de ‘HCKT’ y ‘We Won’t Regret’. En el caso de ‘HCKT’ disfrutamos de una imponente reactivación del modus operandi expuesto antes en ‘Joseph’, incluso con una elegancia mejor perfilada en los arreglos musicales. Se trata del último cénit de la faceta furiosa de la banda antes de que la bella semi-balada en 5/4 ‘We Won’t Regret’ nos brinde un mágico momento plenamente sinfónico donde el paradigma Genesiano es sazonado con calculadas dosis de vigor inspiradas en la plataforma sonora que STEVEN WILSON desarrolla en los momentos épicos de su discografía solista.

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Todo esto fue “The Painkeeper”, la carta de presentación perfecta para que los EVELINE’S DUST se aseguren de dar una más que buena primera impresión al oyente progresivo promedio. Vale la pena seguir la pista a este grupo en sus posibles próximos proyectos.


Muestras de “The Painkeeper”.-
A Tender Spark Of Unknown [en vivo en Lumière, Pisa]: https://www.youtube.com/watch?v=y1NaJZRihr8





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