Monday, March 17, 2014

La inacabable fosforescencia de UNIVERS ZERO


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy estamos de plácemes porque nos toca prestar nuestros oídos y espíritus al nuevo trabajo fonográfico de UNIVERS ZERO, leyenda viviente y persistente del rock-in-opposition belga que se originó en aquellos lejanos años 70s. El nuevo disco se titula “Phosphorescent Dreams”, el mismo que absorbe la energía y pericia de décadas de osada creatividad musical para darle una nueva luminiscencia al paradigma progresivo del que este ensamble liderado por el baterista-percusionista Daniel Denis ha sido pionero. El disco en cuestión fue grabado durante la primera quincena de julio de 2013, para luego ser mezclado y masterizado entre octubre y noviembre: éste es el año de su realidad fáctica por vía del sello Disk Union. Denis, fundador de la banda, actualmente se hace acompañar de Kurt Budé [clarinete, clarinete bajo, saxofones alto y tenor, percusión], Dimitri Evers [bajo eléctrico, contrabajo], Nicolas Dechêne [guitarras eléctrica y acústica] y Antoine Guenet [teclados]: solo los dos primeros sobreviven de la alineación que grabó “Clivages” hace cuatro años. Adicionalmente, el ensamble cuenta con ocasionales colaboraciones de parte de Nicolas Denis (también a la batería y percusiones), el trompetista Hugues Tahon y el trombonista Adrien Lambinet. En líneas generales, se puede decir que “Phosphorescent Dreams” recoge el colorido intenso de “Clivages” a la par que repasa ciertas estructuras sónicas antes trabajadas en “Uzed” – así las cosas, este disco está ubicado en la faceta menos tenebrosa de UNIVERS ZERO. Vayamos ahora a los detalles del mismo.


El disco se abre con ‘Shaking Hats’, tema que ocupa un total de 9 ¾ minutos. Desde el punto de partida muestra una vivacidad juguetona a través de sus ágiles cadencias rítmicas. El posicionamiento de las capas y texturas de la guitarra de Dechêne nos remite un poco a los tiempos del disco debut “1313” en lo que a estructura se refiere, pero su expresividad tiene más que ver con los patrones de colorido orquestal anteriormente desarrollados en el brillante disco antecesor “Clivages”. Los últimos pasajes están signados por un piano solitario que parece cerrar bajo siete llaves la expresividad sónica precedente en un sótano definitivo. Luego sigue ‘Vocation’, que se centra en una serie de escalas de piano que van serpenteando, a veces en el rol protagónico, otras pasando a un segundo plano, lo cual le permite mantener una línea de cohesión para las sucesivas intervenciones solistas de la guitarra y el clarinete. Con los adornos percusivos, la pieza adquiere un interesante color adicional. ‘Très Affables’ tiene un aire jazzero en medio de su sonoridad típica de rock-in-opposition: la estructura rítmica utilizada aquí (con Nicolas Denis como invitado especial) no es tan solo el fundamento para la instrumentación global, sino que también es la fuerza impulsora del desarrollo melódico en curso. En líneas generales, se trata de una pieza bastante cálida que en varios pasajes muestra similitudes con el paradigma de HAPPY THE MAN, por extraño que parezca. ‘Rêve Mécanique’, el cual dura más de 12 minutos. Definitivamente, su espíritu general es más colorido y amable que el de la pieza de apertura, con motivos diversos que se hilan de manera muy natural, además de que cada una de ellas consta de una ingeniería refinada particular.


‘Les Voleurs d’Ombre’ ostenta una dimensionalidad épica a través de sus casi 10 minutos de duración. Dicha cualidad épica sirve para que a banda explore las dimensiones más tenebristas de su actual posicionamiento sonoro: la pieza comienza como un vals razonablemente tétrico, balanceado sólidamente sobre un esquema rítmico imponentemente cadencioso. El desarrollo temático que sigue permite a la banda seguir explorando otras estructuras rítmicas mientras que la ambientación oscura se mantiene con esplendorosa consistencia. ‘L’Espoir Perdue’, por su parte, nos hace regresar a los fantasmas de “1313” con su parsimonia arquitectónica que se explaya entre lo oscuro y lo etéreo: la tríada de clarinete, trompeta y trombón dibuja hermosos retazos ceremoniosos que casi siempre se hacen acompañar por un tamborileo marcial. La pieza ‘Phosphorescent Dream’ (así, en singular) es la otra pieza que dura más de 12 minutos, estando a cargo de cerrar el disco de una forma rotundamente señorial. Comienza con una fanfarria relativamente extensa, portadora de un aire de lúgubre misterio con una actitud abiertamente ceremoniosa. Una vez que el dúo rítmico entra en acción, poco antes de rozar la barrera del segundo minuto, la ambientación general de la pieza se desarrolla en ligeras variaciones de la base armónica central, procurando gestar varios recursos de sobria densidad que poco a poco desarrollan una ilación que culminará en un fabuloso crescendo. Si bien hay algo de luminoso en el manejo de los arreglos de vientos, el tono principal de esta pieza de cierre es predominantemente elegíaco.    
 

Todo esto fue “Phosphorescent Dreams”, un testimonio de vitalidad de parte de UNIVERS ZERO, una fuerza musical veterana que sabe reinventarse mientras se toma su tiempo para gestar una obra progresiva de gran calibre después de otra. ¡El rock-in-opposition nació para no morir nunca!


Muestras de “Phosphorescent Dreams”.-

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