Wednesday, June 30, 2010

MY SLEEPING KARMA y "Tri", estupenda oferta progresivo-psicodélica para el 2010


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión, durante el epílogo de junio 2010, les traigo a colación al cuarteto alemán de space-rock instrumental MY SLEEPING KARMA, grupo originalmente surgido como proyecto lateral de otro grupo de línea stoner, pero que hoy por hoy cuenta con tres trabajos discográficos en su haber y ya tiene una trayectoria bien definida. Y sobre todo, ha aportado una suerte de frescura dentro de la vertiente cósmica del rock progresivo contemporáneo, generando jams bien elaborados y grooves llamativos desde las coordenadas del rock psicodélico vivazmente empapado de influencias tan variadas como AGITATION FREE, ASH RA TEMPEL, DZYAN, el HAWKWIND pre-“Mountain Grill”, los estándares del post-rock pautados por RED SPAROWES e ISIS, incluso algunas dinámicas crimsonianas que se destilan desde la dupla rítmica [Steffen a la batería y Motte al bajo] en varios pasajes climáticos que entran a tallar. “Tri” es el conciso y expresivo título del tercer disco que MY SLEEPING KARMA nos regala para el año presente 2010.


‘Brahama’ ocupa los primeros siete minutos y pico del disco con un sostenido desarrollo perpetuo de un motivo sutilmente influido por exóticos colores hinduistas. En los momentos en que la sonoridad se torna más agresiva, se vincula más cercanamente al estereotipo stoner. ‘Parvati’ instala un interludio muy a lo post-rock en base a capas superpuestas de etéreos fraseos de guitarra antes de que ‘Tamas’ reafirme los climas principales del primer tema y los lleve a un terreno sónico un poco más filudo. El oyente neófito podrá en este punto hacerse una buena idea sobre el modo en que este grupo maneja su propia energía rockera desde una posición contenida y una línea de trabajo concentrada en generar climas contemplativos y vigorosos a la vez, y éste habrá de ser el tenor general del disco, tal como lo habrá de mostrar al poco rato ‘Shiva’, pieza ágil y llamativa en la que el cuarteto explota con nervio y naturalidad su económica base compositiva. Los acordes básicos extraídos de la guitarra de Seppi y los ornamentos permanentes de los sintetizadores de Norman conforman la base para el bloque sónico integral. Tanto ‘Shiva’ como ‘Tamas’ podrían describirse como piezas perdidas del HAWKWIND clásico rearregladas por un combo de músicos de RED SPAROWES e ISIS. Antes de ‘Shiva’, ‘Sattva’ ofreció un interesante prólogo en base a texturas cósmicas de sintetizador que parecen virar el rumbo hacia vías más introspectivas. ‘Vishnu’ se retrotrae a lánguidas cadencias introspectivas, las mismas que marcan el ambiente inicial de ‘Lakshmi’: lo que sucede a lo largo de esta última pieza es un interesante crescendo psicodélico en el que la bruma del post-rock y el destello del space-rock se fusionan en una manifestación compacta. Por el modo en que el último tema breve ‘Rajas’ recibe el impacto cósmico de ‘Lakshmi’, más parece un apéndice suyo que una introducción a la pieza final, aunque formalmente opera con ambas funciones de una sola vez. La pieza final en cuestión, titulada ‘Sarasvati’, exhibe una notoria dosis de polenta, especialmente sostenida por los matices jazzeros que incorpora el baterista Steffen al esquema rítmico: es como si el trío apelara a sus facetas más sofisticadas para darle un cierre especial al repertorio... ¡y claro que funciona a las mil maravillas!


“Tri” es un buen síntoma del tipo de creatividad que aún puede gestarse desde los manidos senderos del space-rock progresivo; ciertamente, puede suponer una accesible vía de entrada al mundo musical de MY SLEEPING KARMA para quienes aún no lo conocen. Aquí www.myspace.com/sleepingkarma se puede apreciar parte de su repertorio pasado y presente.

Muestras de“Tri”.-
Tamas: https://www.youtube.com/watch?v=ZPk1v6HSH68
Rajas + Sarasvati: https://www.youtube.com/watch?v=n_xYUm8PQ1Q 

Monday, June 21, 2010

El alfabeto progresivo de ADRIÁN ZÁRATE











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

En esta ocasión me toca hablar de ADRIÁN ZÁRATE, quien es uno de los más destacados jóvenes talentos musicales que han surgido en la vanguardia mexicana durante esta última década: su instrumento más habitual es la batería, pero también es un teclista bastante solvente, es más, también gusta de desarrollar su talento musical en composiciones de material para bandas sonoras de documentales, música incidental para piezas de danza contemporánea y eventos artísticos varios, etc. Dentro del mundillo progresivo de su país, ya elaboró maravillas desde su rol de baterista en el grupo SAENA (liderado por el maestro JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ LEDESMA y gestor de un excelente disco debut que fue uno de los mejores ítems del progresivo mundial hace un par de años). Como solista, a fines del año pasado, ADRIÁN ZÁRATE nos ha brindado “De La A A La Z” a través del sello Luna Negra: se trata de una obra ecléctica donde el gran peso que tienen alternadamente el jazz-rock “progresivizado” y el RIO los convierten en los dos centros estilísticos de la misma.

El primer tema, ‘...Y Tres Hacen Todas Las Cosas’, nos muestra a ZÁRATE desdoblándose en batería, teclados y percusión: es una ejecución exclusivamente solista, no por un trío, y ello repercute en ampliar tremendamente los méritos del mismo ZÁRATE, pues se trata de un ítem alucinadamente complejo, lleno de disonancias y quiebres en fiel seguimiento de las pautas RIO enarboladas por el HENRY COW del “Western Culture”. Esta introducción es un prodigio de cómo se puede acomodar ideas musicales chocantes dentro de un esquema refinado y delicado, pero no es un indicio de una línea de trabajo unívoca, pues lo que sigue inmediatamente después es una serie de temas más concienzudamente enfocados en el factor jazzero: ‘Dónde Es’ ofrece climas introspectivos e intimistas, ‘Coincidencias’ sube la dosis de extroversión sobre una cadencia funky emparentada con la fusión de los 70s (MAHAVISHNU, RETURN TO FOREVER) y ‘Heavy Mental’ se concentra en la polenta propia del jazz-rock de tendencias contemporáneas. Como antesala a esta última pieza que mencionamos, la breve pieza homónima elabora un ejercicio de chamber-rock bastante pulcro. La ideología de la continua novedad se proyecta con el arribo de ‘Banda De Rock’, un rock’n’roll burlón que satiriza directamente la lógica del mercado rockero: una composición como ésta no hubiera desentonado en un disco de FRANK ZAPPA de los últimos 70s (p.e., “Zoot Allures”). La breve aventura dadaísta ‘Avándaro’ (notas sueltas de piano y un raro monólogo) sirve de puente entre ‘Banda De Rock’ y ‘Dunkellicht’, hermosa pieza de corte RIO cuyo suntuoso esquema académico le permite proveernos de un momento de lirismo en medio de su explícitamente bizarra naturaleza.

‘Luz Vestal’ es una pieza académica para violines, viola y contrabajo (se usa una violectra para reemplazar materialmente a la viola) que toma el lirismo de la pieza precedente y lo lleva hacia una dimensión poética. ZÁRATE no toca nada en esta pieza, pues deja que su colega de SAENA Alejandro Sánchez se haga cargo de casi toda la instrumentación, pero ADRIÁN enarbola arreglos crucialmente misteriosos para esta pieza en cuestión. Ello responde precisamente a la necesidad de abrirnos las puertas a la extravagante secuencia de los tres siguientes temas: ‘Grrins Liivs’ (surrealista deconstrucción de la famosa cantata renacentista inglesa ‘Green Sleeves’ en base a tarareos inescrutables y aleatorios adornos percusivos), ‘Memorias Del Origen’ y ‘Florece’ (sendos ahondamientos sesudos en la ideología RIO de fuerte componente digital). Los últimos 8 ½ minutos del disco están ocupados por ‘Estuve En Tiempo Encerrado’, pieza que exhibe un encanto muy peculiar, encanto basado en su mezcla de fusión con predominancia percusiva y experimentación crimsoniana a lo BRUFORD/LEVIN: los juguetones coloridos que ZÁRATE sabe extraer de sus rototoms y demás recursos percusivos se explayan sólidamente sobre el swing peculiar que él mismo establece desde su batería, mientras que el invitado de lujo Hugo Santos ( otro colega en SAENA) aporta ideas gravitantes desde su Stick. Así concluye el ecléctico viaje musical que ADRIÁN ZÁRATE ha forjado en este bizarro alfabeto progresivo titulado “De La A A La Z” – especialmente recomendado a los melómanos de mentalidad abierta y curtida.

Friday, June 18, 2010

"In Case Of Loss...": el rédito progresivo de AREKNAMÉS para 2010







HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Nos llegan más buenas nuevas para la escena progresiva italiana: AREKNAMÉS está de vuelta cuatro años después de su épico segundo disco de estudio “Love Hate Round Trip” y nos trae esta nueva joya retro-progresiva titulada “In Case Of Loss…”. El cuarteto dirigido por el teclista-cantante Michele Epifani mantiene una esencia estilística consistente en lógica conexión con la propuesta que la banda ha venido cultivando desde su álbum debut pero es claro advertir que en comparación con la densidad sombría y épica del “Love Hate Round Trip”, los matices preferentemente reasaltados en “In Case Of Loss..” resultan más luminosos en las de por sí emocionalmente oscuras composiciones. VDGG y PETER HAMMILL siguen siendo los principales referentes de influencia dentro del esquema compositivo que Epifani plantea en la dirección musical de la banda. Para este nuevo material, los guitarreos reducen su nivel de intensidad en la mayor parte del tiempo, y más bien se permiten dar más espacio a la elaboración de texturas: menos IOMMI y más HACKETT, por así decirlo. Y bueno, ya que estamos notando estos detalles, también se advierte que los teclados y el canto de Epifani agilizan sus aportes dentro del entramado sonoro.

‘Beached’ abre los primeros casi 7 minutos del disco con un muestrario de ágil space-rock portador de un swing llamativo, tal vez incorporando elementos del PORCUPINE TREE pre-“In Absentia” (y algo del RADIOHEAD maduro de nuestros días). El ambiente general de la pieza es agradable y contagioso, con una luminosidad que va a contrapelo de la abrumadora desesperación nihilista que había inundado el repertorio del “Love Hate Round Trip”. ‘Alone’ y ‘Dateless Diary’ sí guardan una relación más directa con el espíritu explosivamente sombrío del mencionado segundo disco. El primero, tras comenzar con lo que parece uan secuencia de cajita musical, establece un dinamismo muy nítidamente vandergraffiano con un inteligente manejo de razonablemente complejas secuencias rítmicas matizadas con cadencias jazz-rock (al estilo de “Godbulff”), mientras que los arreglos de saxos añaden una prestancia colorida al asunto. Por su parte, ‘Dateless Diary’ genera un despliegue de matices progresivos más envolventes, logrando así balancear las vibraciones cáusticas inherentes a la pieza anterior con estas dos canciones que acabo de mencionar siento que el fade-out llega demasiado pronto. ‘Don’t Move’ encarna el que se puede calificar como el momento más cálido del disco: se trata de una balada progresiva que tiene más que ver con la explícita faceta romántica de HAMMILL que con las semblanzas atormentadas que el estándar VAN DER GRAAF suele mostrar en bloque. A pesar de la existencia de ciertos pasajes intensos a lo largo de su tema central, prevalece una aureola etérea a lo largo de la pieza que resulta cautivadora (atención a esos cristalinos fraseos emitidos por el piano eléctrico), además de una expresión distinta del aspecto introspectivo que también sale a relucir del ideario musical de Epifani. ‘A New Song’ parece recibir una herencia directa de la aureola contemplativa de ‘Don’t Move’ en lo referente a su lenta sección inicial, pero cuando llegamos a la segunda sección, la furia emerge sin empachos ni complejos, muy a lo retro (imaginemos un híbrido de VDGG y GNIDROLOG contaminado de aires a lo DEEP PURPLE y ornamentos a lo GREENSLADE). El clímax resultante es contundente, inapelable, electrizante. ‘Where’ baja un poco (solo un poco) los decibeles a fin de instalar un punto medio entre los temas 1 y 3. La suite ‘The Last Number’, que cierra el disco, es una composición que se somete a los estándares de ambición musical y actitud dramáticamente épica que uno siempre espera de este tipo de expresiones progresivas. El tenor general de esta composición es introspectivo y melancólico, lo cual se nota ya desde los primeros instantes, plasmados en sonoridades sobrias y expectantes: la ambición musical y el dramatismo están allí, pero aquella está marcada por una sobriedad cuidada y ésta se expresa bajo un ropaje de tranquilidad emocional. La presencia de un solo de saxo a la hora de aumentar cuidadosamente la vibración ambiental ayuda a incrementar la aureola de melancolía en varios momentos. Aquí encontramos una bien hilada alternancia de motivos jazzeros y psicodélicos, moderadamente pesados y líricamente sinfónicos. Respecto a lo último, cabe destacar algunos arreglos de violoncello que entran a tallar para crear una ambientación cálida y poética. El clímax conclusivo está muy bien armado, bien a tono con el legado del VDGG 70-71. La coda que cierra la pieza definitivamente tras unos segundos de silencio está ejecutada al clavicordio con una mezcla de barroco y vanguardismo disonante: reconocemos este recurso a lo BALLETTO DI BRONZO, ¿no?

Balance final – tenemos aquí una obra importante para el legado progresivo que se está generando en lo que va de 2010. AREKNAMÉS tiene parte de la responsabilidad de esta buena onda que siento respecto a los lanzamientos progresivos italianos que más han llamado mi atención en esta primera mitad de año.

Monday, June 14, 2010

Los espectros progresivos de DELTA RED


HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Proveniente de la localidad de Querétaro (una zona muy prolijamente musical del centro de México), el power-trío DELTA RED ha culminado estos primeros años en el oficio musical con el registro de su excelente disco debut “Gama De Espectros”, el mismo que data de finales del año pasado 2009. Este disco es una atrapante muestra de rock progresivo ecléctico que se basa principalmente en una mixtura de psicodelia pesada y jazz-rock, mostrando afinidades claramente definidas hacia la fusión, la experimentación rockera a lo BOZZIO LEVIN STEVENS, el math-rock y unos cuantos recursos crimsonianos en ciertos lugares. En cuanto a referencias latinoamericanas, la polenta adusta de DELTA RED se asemeja más a la faceta eléctrica de TRYO y de los pioneros de la fusión progresiva argentina ARCO IRIS que a la garra estilizada de MAR DE ROBLES o de ERGO SUM.


Ocupando los primeros casi 12 minutos del disco, la pieza homónima nos muestra a unos DELTA RED dispuestos a abrir el disco a lo grande y vaya que lo logra. Desde los instantes iniciales, el grupo se explaya con un largo jam en 5/4 que habrá de conformar el cuerpo central de la pieza. Éste se arma una atmósfera de consistencia y expectativa desde la cual se alumbra una sonoridad rockera sólida y moderadamente apremiante, a veces subiendo el nivel de intensidad, en otras ocasiones más contadas derivándose hacia parajes marcados por una sutileza contemplativa. ‘Estampida’ inicia subiendo la velocidad y enfilándose en una estampida musical en la que el grupo acuda a cadencias jazz-funky, lo cual logra que el esquema sonoro resulte ágil. Para su segunda mitad, el espacio torna hacia ambientes más lánguidos, los cuales insertan una saludable variedad al asunto en clave meditabunda. ‘Segunda Premier’ desarrolla una ambición similar a la del tema homónimo con la salvedad de que el derroche de electrizante energía rockera incorpora ambientes más variados y culminaciones rockeras más poderosas: la polenta resultante se expande con cada nuevo riff, cada golpe de tambor, cada secuencia rítmica. La ilación de motivos frenéticos y lentos alternados está armada con impecable fluidez. La verdad que la pareja de – ‘Estampida’ y ‘Segunda Premier’ establece un clímax inapelable de todo el disco en bloque. ‘Cuarto Oscuro’ se basa es una pieza abiertamente texturial en su esquema compositivo, pero su aureola envolvente no se traduce en sonoridades suaves: por el contrario, porta una dosis importante de aspereza en la mayor parte de su desarrollo, parcialmente heredera del crimsonismo. La presencia de un eficaz saxofonista invitado ayuda bastante a llenar espacios y crear ornamentos interesantes.


‘Día Fuera Del Tiempo’ funciona perfectamente como una muestra significativa del tipo de propuesta progresiva que DELTA RED pretende esencialmente aportar al mundo, y básicamente se puede decir lo mismo de ‘Opus 14’, pieza que establece patentes conexiones estilísticas con el RUSH clásico y el KING CRIMSON 72-74 de manera entusiasta. Estos dos temas junto con ‘Estampida’ y ‘Segunda Premier’ conforman, en mi opinión, los momentos cumbres del álbum. Por su parte, ‘Ciempiés’ se orienta en ahondar el factor jazz-fusión sobre una prominente cadencia funky: la coda en clave fusión tropical elabora una oportuna vibración optimista a la hora de redondear decisivamente la idea. ‘El Dique’ ofrece al comienzo climas lánguidos y misteriosos en clave de jazz-rock psicodélico, al modo de un HOLDSWORTH “hendrixiano”; para cuando el ambiente se torna más áspero y pesado, las cosas se tornan más cercanas al rock pesado de LED ZEPPELIN con añadidos matices jazzeros, y la fase final es realmente pletórica en sonoridades cañeras y ágiles. Los últimos 8 minutos y pico del disco están ocupados por ‘Venus’, pieza que pasa revista definitiva a las coordenadas estilísticas que el trío ha estado explorando con absoluta consistencia hasta el fin – un cierre entretenido y enérgico que completa el sentido de “Gama De Espectros”, un testimonio de la amplia creatividad que se da actualmente dentro de la vanguardia rockera mexicana. DELTA RED merece plenamente la atención de los coleccionistas e investigadores del género progresivo.

Muestras de “Gama De Espectros”.-
El Dique: https://myspace.com/deltared3/music/song/el-dique-the-dam-53841898-58239872
Venus (en vivo): https://myspace.com/deltared3/music/song/venus-live-38504904-40702974 

Monday, June 07, 2010

DAAL - un origami disorgánico hecho rock progresivo











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Saco a colación en este post a otro grupo que he conocido un poco tardíamente: me refiero a DAAL, proyecto italiano conformado por los dos veteranos Alfio Costa (teclista de COLOSSUS PROJECT, PROWLERS, TILION, etc.) y Davide Guidoni (baterista-percusionista de NUOVA ERA, TAPROBAN, OZONE PLAYERS, etc.). Su disco 2009 se titula “Disorganicorigami”, el mismo que resulta una mezcla de tributo a y reformulación de varias pautas clásicas del género progresivo, producto de una línea de trabajo sanamente ecléctica donde la variedad de ideas musicales en curso logra mantenerse bien focalizado en un esquema integral. Antes de este disco, esta dupla ya había concretizado su participación en una grabación multi-grupal de tributos al rock progresivo sueco titulado “Rökstenen”; además, está actualmente preparando sus aportes respectivos para un tributo progresivo al “Paraíso” de Dante y otro a los relatos de Edgar Allan Poe, ambos a ser publicados por Musea Records en el futuro próximo. Varios invitados van y vienen para aportar matices y solos desde la guitarra, los vientos, las cuerdas, el bajo y las voces, logrando así completar dinámicamente las ideas compositivas de Costa y Guidoni.

La diversidad de estrategias estilísticas que confluyen dentro del bien perfilado concepto sonoro de “Disorganicorigami” abarca al space-rock, al sinfonismo, a cosas cercanas al prog metal, a pasajes de corte free-jazz, incluso a una especie “modernizada” de rock in opposition junto a amables recuentos del estándar del así llamado World music. También hallamos en este disco sendos tributos a PINK FLOYD y al RAGNAROK sueco (en realidad, este último es un bonus que consiste en el cover de un tema del segundo disco e RAGNAROK para el mencionado recopilatorio “Rökstenen”). Con ruidos de sirena de alarma antibélica y secuencias sintetizadas espaciales se arma el clima de la pieza introductoria ‘Holocaustica’, un alucinado viaje musical por el camino del space-rock cuasi-metálico. Es una secuencia de latidos la que nos conecta con el siguiente tema ‘Chimaira’, el cual hereda mucho de los climas cósmicos y heavy del tema de entrada pero para reciclarlos a través de una confluencia entre el dinamismo del rock psicodélico y la fastuosidad imponente del rock sinfónico más ostentoso, con inocultables (aunque no exagerados) matices de prog-metal que entran a tallar con el fin de realzar el colorido general. Los riffs de guitarra son bastante contundentes desde su rol funcional, pero es en el perfecto encuadre entre el swing de Guidoni y los variados recursos que Costa extrae de sus sintetizadores y pianos donde radica la esencia de la pieza. ¿A qué sonaría OZRIC TENTACLES tocando un tema compuesto para el primer álbum de GORDIAN KNOT y contando con Gavin Harrison como baterista invitado? La respuesta se sabrá escuchando este tema… y de paso, dejándose cautivar por él. ‘Mo(o)nso(o)n’ sigue a continuación para trasladar el hasta ahora imperante ambiente space-rock hacia una dinámica ágil que combina la experimentación étnica del World music y apabullantes sonoridades astrales cibernéticas que nos remiten tanto a TANGERINE DREAM como al OZRIC TENTACLES de los primeros 90s. El solo de violín a cargo del invitado Riccardo Palfanin alterna pasajes de evidente corte académico con otros más etéreos que se condicen con las alusiones étnicas anteriormente mencionadas. Después de una sirena antibélica y un cardiograma, que no nos sorprenda que un tono de teléfono sea el ítem que introduce el cuarto tema, ‘Brain Melody’. Aquí la cosa pasa a un sendero menos astral y más cerebral, afín al estándar del chamber-rock galo (sí, algo así como UNIVERS ZERO). Los aires de misterio y tenebrismo se plasman perfectamente en las espartanas escalas de piano y capas de mellotron que emergen sobre la arquitectónica base rítmica armada por Guidoni. El siguiente tema, ‘The Dance Of The Drastic Navels, Part 1’, dura casi catorce minutos y medio. Durante sus primeros 3 minutos, el asunto está focalizado en ambientes concretos electrónicos que tienen mucho en común con el krautrock de base sintetizada (TANGERINE DREAM, CLUSTER), pero poco después la cosa vira inesperadamente hacia una excursión de free-jazz bastante solvente. Dentro del contexto musical que se había estado explayando en los primeros cuatro temas del disco, esto no parecía tener sentido, pero una vez que nos detenemos a escuchar lo que está pasando, podemos advertir la solidez técnica con la cual se desempeña el dúo. El invitado Alessandro Papotto, quien había aportado algunos matices de oboe a través de la secuencia espacial inicial, opera en la porción free-jazz con musculares elaboraciones al saxo. Al llegar al sexto minuto y medio, volvemos por un rato al minimalismo concreto para luego tornar hacia un modelo sinfónico inquietante que suena a un ELP “crimsonizado”. Parece mentira que se pueda crear tanta robustez rockera sin que esté involucrada ninguna guitarra… pero es realidad. Poco antes de llegar al minuto 10 se produce un nuevo y definitivo regreso a los climas cósmicos, un poco a lo JOBSON-con-VANGELIS.

Los siguientes 3 minutos del disco están ocupados por la pieza homónima. Ruidos mecanizados y respiraciones generan un espíritu de expectativa en medio de un contexto industrial, y esto es solo el principio de la extravagancia. El tenso solo de saxo a manos de Papotto y los samplers de bandas militares completan este cuadro musical abstracto que parece evocar imágenes surrealistas inspiradas en la deshumanización del mundo contemporáneo. El tributo a la emblemática banda PINK FLOYD llega con un cover de ‘A Saucerful Of Secrets’, un producto osado y original que logra crear algo renovado a partir de esta referencia universal para cualquier melómano progresivo. DAAL se vale de su propio interés por explorar artilugios digitales dentro de lo progresivo para impulsar su propia creatividad en relación con esta pieza ajena. La sección final recibe una dosis especial de candor merced a la intervención de una dupla vocal femenina. ‘Children Of Our Dreams’ es el epílogo del repertorio oficial del disco – basado en un bonito motivo de piano, incluye sobrios arreglos de cuerda y madera además de algunos ornamentos industriales en el trasfondo. La idea de esta pieza es extender un manto de bella serenidad sobre las inacabables alusiones a una inquietud inminente, y realmente es una idea excelente para completar el concepto de “Disorganicorigami”. No perdamos de vista a DAAL: quién sabe qué nuevas sorpresas progresivas nos brindará en el futuro.

Saturday, June 05, 2010

"Coyote", la nueva fiera exquisita de KAYO DOT











HOLA AMIGOS DE AUTOOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Hoy traemos a colación a una exquisita fiera progresiva engendrada por las expertas mentes y manos de KAYO DOT, ensamble estadounidense liderado por la dupla Toby Driver-Mia Matsumiya y que, hoy por hoy, encarna una de las expresiones más lúcidas y osadas de la vanguardia rockera estadounidense. Dicha fiera se titula “Coyote”, un concept-disc que se inspira en la visión de la propia mortalidad tal como se trasluce en las letras escritas por Yuko Sueta, narradora y artista visual amiga de la banda que estaba luchando sus últimas batallas contra el cáncer mamario que le afectaba: ella falleció mientras este álbum estaba en post-producción, por lo que naturalmente está dedicado a su memoria. La formación actual de la banda incluye a David Bodie (batería y percusión), Daniel Means (saxo alto), Terran Olson (teclados y saxo tenor) y a Tim Byrnes (trompeta), además de los ya mencionados Toby Driver (quien canta y reduce su aporte instrumental al bajo) y Mia Matsumiya (quien no luce tanto su principal ítem, el violín, y lo alterna con intervenciones a la guitarra eléctrica).

KAYO DOT comenzó como un derivado de MAUDLIN OF THE WELL, y al igual que éste, se propuso generar climas densos y atmosféricos impulsados desde lo gótico y lo metalero y encuadrados dentro de una mixtura de post-rock y progresivo experimental. Así podemos describir, grosso modo, los rasgos más distintivos de los dos primeros discos “Choir Of The Eye” y “”. Tras un notoria revolución interna, el tercer disco “Blue Lambency Downward” expuso una reorientación hacia una recurrencia de climas ensoñadores y sutilmente inquietos, producto de una refinada confluencia de post-rock, free-jazz y chamber-rock. Y bueno, ahora con “Coyote”, tenemos a KAYO DOT enfocado hacia el afinamiento del trabajo realizado en el disco precedente por vía del reforzamiento de la línea chamber-rock. Al menos, eso es lo que advertimos sin mayores dificultades en el tema de entrada ‘Calonyction Girl’, el cual instala de manera frontal e inapelable la aureola de exquisita tensión que habrá de ser norma recurrente de la obra integral: el asunto musical está tremendamente focalizado en el estándar del RIO francófono, y si no fuera por el canto casualmente urgente de Toby Driver, sería fácil confundirse con un disco cualquiera de UNIVERS ZERO o VORTEX. El efecto claustrofóbico del esquema sonoro global se sostiene en buena medida en las notas sostenidas emitidas por la dupla de saxo y trompeta. Poco antes de llegar a la barrera del 5to minuto, el esquema instrumental se suelta un poco más para llevar la tensión reinante hacia una dimensión más ágil, pero lejos estamos de llegar a un aligeramiento de la atmósfera psicológica. ‘Whisper Ineffable’ está a cargo de ocupar los siguientes 11 minutos y pico, y ciertamente conforma un pico de fastuosidad dentro del repertorio. El preludio de 3 minutos establece una larga expectativa donde la densidad se puede casi tocar a través del aire: la personalidad de Tim Byrnes impone una fuerza especial incluso desde antes que la batería ingrese para armar un esqueleto adecuado para la acción conjunta de todo el ensamble. Cuando ello efectivamente sucede, el grupo desarrolla una sonoridad retorcida donde el ambiente general en clave post-rock se nutre crucialmente de cadencias jazzeras vanguardistas y climáticos ornamentos de corte space-rock. ¿Y qué hay del canto de Toby Driver? Parece un trovador urbano en trance que hace que su voz expresen confusión y rabia al unísono. En el séptimo minuto, las cosas transitan hacia un pasaje lánguido marcado por pulsaciones convenientemente dispersas que fluidamente preparan el terreno para la coda orquestada, muy a lo RIO también.

A continuación siguen las dos piezas de la sección ‘Abyss’. La primera, ‘Sleeping Birds Sighing in Roscolux’, expresa los primeros momentos de auténtica extroversión sónica del disco: se trata de un viaje psicodélico bien llevado por el enérgico solo de órgano distorsionado de Olson, mientras que las cadencias semi-tribales de la batería impulsan casi todo el tiempo un logrado clima industrial. La segunda parte, ‘The Shrinking Armature’, conforma el segundo momento fastuoso del disco, y me animo a señalarla como la cúspide inapelable del disco. El viaje orquestal que el ensamble desarrolla durante los primeros 4 minutos y medio es excelso y sublime, marcado por un sentido controlado de la pomposidad y con una clara herencia de los 3 primeros discos del añejo UNIVERS ZERO. Cuando emerge la breve sección cantada, el esquema sonoro vira hacia un surrealista clima post-rock envuelto en calculados climas cósmicos, resultando algo similar a lo que podríamos escuchar en una escena de “Mulholland Drive” o “Lost Highway”. Después sigue una nueva secuencia instrumental notablemente signada por juegos disonantes de metales, órgano y violín, ágilmente trasladados por la móvil arquitectura rítmica de Bodie, quien genera su mayor lucimiento en el presente repertorio. La tensión está latente todo el tiempo, no muy difícil de notar, y sin embargo hay una ingeniería siempre serena en el sendero instrumental marcado por los músicos. Más aún, la pieza logra desarrollar un descenso refinado durante su último minuto y medio, evocando así la imagen de algo que se está alejando o desvaneciendo de a pocos. La última canción del disco, ‘Cartogram Out Of Phase’, es una triste e intimista elegía a ritmo de lento blues que el ensamble sabe reelaborar en clave de free-jazz contemplativo. Posiblemente yo hubiera deseado que durara un poco más esta canción de despedida, pero sin duda que está muy bien articulada para cumplir a la perfección su papel de epílogo para este disco.

En fin, el balance general de “Coyote” es altamente positivo: la renovación musical plasmada en este disco no implica una chocante ruptura con lo anterior sino una continuidad coherente con lo que hasta ahora es la historia viviente de KAYO DOT. Una última pregunta: ¿por qué no dura ni siquiera 40 minutos?

Thursday, June 03, 2010

Rock progresivo al cubo: PSICOTROPIA y su nuevo disco











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Traemos ahora a colación el nuevo trabajo de PSICOTROPIA, power-trío madrileño que ha venido desarrollando una empresa musical consistente y sostenidamente escalonada dentro del rock vanguardista español desde los días de su homónimo disco debut. Lo que tenemos ante nosotros ahora es su tercer lanzamiento fonográfico, “Psicotropia3”. ¿Esto es lo que hay que esperar del disco?, ¿el testimonio de PSICOTROPIA al cubo? Más bien, lo que el guitarrista Pablo tato, el bajista Jaime Mariscal y el baterista Juan Llull nos brindan es un enfatizado refinamiento del sendero focalizado que ya se había delineado claramente en su trabajo anterior “Grog” – esto es, PSICOTROPIA ha decidido para este tercer disco perseverar uniformemente en reafirmar su maduración dentro de unas pautas que conocen al dedillo… ¡y les ha salido muy bien!

‘Habanera’ abre el disco con un fulgor rockero directo y preciso, propiamente fiel a la esencia del esquema sonoro y el swing de PSICOTROPIA (esa rehabilitación metaleramente crimsoniana del estándar PRIMUS-con-TOOL que les sale tan bien). La inserción de un pasaje del “Carmen” de BIZET a ritmo justamente de habanera añade un elegante toque humorístico al asunto. El viaje musical de inicio ha sido enérgico y sofisticado, lo cual nos permite abrirnos de frente al solo de batería con el que se inicia ‘Piedra’. Una vez instalado el ensamble, un compás jazz-rock bastante cadencioso establece un ambiente como de película de detectives no exento de cierto aire a farsa. Pasado el tercer minuto y medio, nos enfrentamos a un estupendo interludio en clave math-rock - y ojo a los matices que se añaden merced al teclista invitado Carlos Plaza, los cuales ayudan a realzar el color funky que se da en ciertos momentos específicos. Tras un tema extrovertido y otro que coqueteaba parcialmente con climas neuróticos, siempre es bienvenido un tema más calmo: en este caso, ‘Tinta’ nos brinda un momento reflexivo en una predominante alternancia de 6/8 y 7/8 sobre un compás moderadamente lento. Los arreglos de cuerda que entran a tallar a mitad de camino son realmente hermosos, y cuando se prolongan hasta completar el regreso de la sección cantada le dan una cierta aura sublime al canto de Tato. En este momento, la pieza vira hacia un desarrollo extrovertido bien calculado que lejos de romper con la melancolía reinante la lleva a un clímax rockero intenso que no desbocado. Lo que sí es puro fuego rockero es el breve instrumental ‘Country Grog’, un estupendo ejercicio de prog metal en el que el grupo explota al máximo su estructura de power-trío. ‘Patos’ comienza con una vibración melancólica quizá semejante a la de ‘Tinta’, e incluso se beneficia también de pulidos arreglos de cuerda, pero pronto la pieza pasa a desarrollar variantes de motivos y ritmos al más puro estilo progresivo. Por supuesto, la persistencia de los violines y cellos proporcionan capas de sonido que llenan oportunamente los espacios dejados abiertos por el trío central. En general, ‘Patos’ tiene que ser una de las composiciones más complejas de toda la historia de PSICOTROPIA. ‘Los Espectros De Kronstadt’ es una exhibición de puro vigor, tema que combina el gancho propio del rock con empuje vital y la fineza propia del modelo PRIMUS-KING CRIMSON que PSICOTROPIA hace suyo. ‘Oigo Silencio’ es lo opuesto total a esa mole sonora que supuso la canción ‘Oigo Voces’ del disco debut: ‘Oigo Silencio’ es una exploración en ambientes inundados de languidez en un reposo que tiene mucho de inquietud latente. La pieza logra crear efectivamente un clima etéreo y sus seis minutos y pico pasan casi volando. El epílogo del álbum no puede ser más estupendo cuando ‘Bella’ es la pieza que ocupa el rol de cerrar el mismo. Con un inicio marcado por juegos de riffs que nos retrotraen a tiempos primigenios de ZEPPELIN y SABBATH, la sección cantada se instala en un ambiente más contenido. Así las cosas, la pieza tiene una base para impulsar un ordenado juego de variaciones que de alguna manera me recuerda al tema ‘Madre Tierra’ de su disco debut. Los teclados de apoyo llenan espacios sin mucho barullo, mantienen una discreción atinada dentro del esquema sonoro en curso. Y eso que esta vez son dos los invitados a las teclas: Carlos Plaza y su hija, miembros de KOTEBEL.

Resumiendo y recapitulando, se concluye que “Psicotropia3” es una muy lograda exhibición de la faceta más muscular del rock progresivo de nuestros días. A través del forjamiento de su propia veteranía, PSICOTROPIA se mantiene como un sólido referente dentro de la experimentación rockera que se viene realizando en España en lo que va de milenio.

Wednesday, June 02, 2010

IQ y los 25 años de "The Wake"



HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Ya estamos a mediados del año 2010… y parece mentira que ya estemos en las bodas de plata de uno de los clásicos indiscutibles de la primera hornada neo-progresiva surgida en la escena undergound británica en medio del auge de otras vertientes musicales mejor recibidas por la industria musical como el new wave, el heavy metal, el tecno-pop y el post-punk. Nos estamos refiriendo a “The Wake”, segundo larga duración oficial de IQ, disco publicado el 10 de junio de 1985 (aunque su publicación estaba planeada para una semana antes). Ya en este momento, la banda contaba con un copioso repertorio que iba más allá de este long play y el anterior “Tales From The Lush Attic”, pues también contaban con singles y maxi-singles independientes además de un primer casete de circulación limitada. Aunque su estilo musical no tiene un hermanazgo Genesiano tan pronunciado como el que entonces ostentaba otro quinteto llamado MARILLION (la banda más exitosa comercialmente de esta hornada), no faltan razones para señalar a la dupla de “The Wake” y el “Misplaced Childhood” de Fish & co. como sendos hitos simultáneos para el afianzamiento del progresivo sinfónico post-70s.

   

“The Wake” fue señalado por Goff Mann (prolífico músico y artista visual que fungió como frontman de TWELFTH NIGHT durante sus años más fabulosos de carrera musical) como su disco favorito de IQ, y esta opinión fue compartida por muchos conocedores de la banda dentro de su círculo de culto. Con todo, este triunfo artístico se vio prontamente eclipsado por la dramática salida voluntaria del cantante y letrista Peter Nicholls de las filas de IQ. El hecho es que desde hacía un año que se generaron tensiones en el seno de IQ, y si bien este ambiente recargado pudo haber sido un motivador inicial para la creación de sólidos climas oscuros en la composición y arreglos del repertorio de “The Wake”, las cosas llegaron hasta el máximo sostenible tres meses después de la edición del disco. Antes de este hado (momentáneamente) fatal, el grupo ya contaba a inicios de marzo del año 1984 con tres canciones casi completas y presentadas al público en varios conciertos, mientras que otras dos estaban muy avanzadas en tránsito hacia las versiones que hoy por hoy conocemos de sobra a fines de ese mismo año. Antes de ponerse a grabar el disco en sí, el quinteto entró a los Cava Studios de la localidad escocesa de Glasgow en setiembre de 1984 para grabar las versiones de single y de maxisingle de ‘Barbell Is In’ (una amena canción en clave de tecno-reggae que para nada representa la esencia del grupo… excepto su buen humor), junto a la siniestra ‘Dans Le Par Du Chateau Noir’ (estupendo anticipo del clima general que luego se impondrá en “The Wake”) y la exultante ‘Just Changing Hands’ (tremendista elegía a las mujeres víctimas de la violencia doméstica). También se aprovechó la ocasión para grabar maquetas iniciales de ‘The Magic Roundabout’ y ‘The Thousand Days’. “The Wake” se grabó en los meses de marzo y abril de 1985 en los Falconer Studios de Londres, bajo la labor de coproducción del guitarrista Holmes y el bajista Esau. 


“The Wake” fue señalado por Geoff Mann (prolífico músico y artista visual que fungió como frontman de TWELFTH NIGHT durante sus años más fabulosos de carrera musical) como su disco favorito de IQ, y esta opinión fue compartida por muchos conocedores de la banda dentro de su círculo de culto. Con todo, este triunfo artístico se vio prontamente eclipsado por la dramática salida voluntaria del cantante y letrista Peter Nicholls de las filas de IQ. El hecho es que desde hacía un año que se generaron tensiones en el seno de IQ, y si bien este ambiente recargado pudo haber sido un motivador inicial para la creación de sólidos climas oscuros en la composición y arreglos del repertorio de “The Wake”, las cosas llegaron hasta el máximo sostenible tres meses después de la edición del disco. Antes de este hado (momentáneamente) fatal, el grupo ya contaba a inicios de marzo del año 1984 con tres canciones casi completas y presentadas al público en varios conciertos, mientras que otras dos estaban muy avanzadas en tránsito hacia las versiones que hoy por hoy conocemos de sobra a fines de ese mismo año. Antes de ponerse a grabar el disco en sí, el quinteto entró a los Cava Studios de la localidad escocesa de Glasgow en setiembre de 1984 para grabar las versiones de single y de maxisingle de ‘Barbell Is In’ (una amena canción en clave de tecno-reggae que para nada representa la esencia del grupo… excepto su buen humor), junto a la siniestra ‘Dans Le Par Du Chateau Noir’ (estupendo anticipo del clima general que luego se impondrá en “The Wake”) y la exultante ‘Just Changing Hands’ (tremendista elegía a las mujeres víctimas de la violencia doméstica). También se aprovechó la ocasión para grabar maquetas iniciales de ‘The Magic Roundabout’ y ‘The Thousand Days’. “The Wake” se grabó en los meses de marzo y abril de 1985 en los Falconer Studios de Londres, bajo la labor de coproducción del guitarrista Holmes y el bajista Esau. 


Pasando al disco mismo, se trata de una obra conceptual en torno a las circunstancias emocionales que abruman al alma de un hombre recién fallecido. La secuencia temática se inicia con el momento preciso del fallecimiento del protagonista (‘Outer Limits’), cuya alma pasa revista a su vida terrenal con una mirada llena de remordimientos y añoranzas (‘The Wake’). Una vez que vuelve sus ojos frente a sí, el alma presencia el raro espectáculo luminoso del limbo (‘The Magic Roundabout’), para poco después, sin salir de su aturdimiento ni su sensación de añoranza, deambular por los tortuosos pasadizos del limbo (‘Corners’). Toda esta incertidumbre no es sino un síntoma vívido de que el alma aún no ha aceptado realmente su situación separada de la vida terrenal, e incluso se complace en sentimientos de apego y celos en relación con las personas y cosas que dejó atrás (‘Widow’s Peak’). También hay referencias en la letra al inquietante relato de E. A. POE El entierro prematuro, algo que sirvió a Nicholls para introducir en el estado mental del protagonista el recuerdo de cómo llegó él a tan fatal estado: ¡fue enterrado cuando tuvo una catalepsia pero se le confundió con alguien ya fallecido!  Pero de pronto el alma recibe una luz de inspiración que le pone en claro la necesidad de aceptar su destino y hacer un balance diferente sobre lo vivido (‘The Thousand Days’), sintiéndose finalmente preparada para atravesar las puertas hacia una nueva vida mas allá de la pasada  (‘Headlong’). Resumiendo, es un retrato del proceso de aceptación en un contexto post-mortem. Justamente el penúltimo párrafo de ‘Headlong’ es bastante impetuoso respecto a la aceptación de sí mismo como alguien que ya no pertenece al pasado lleva al gallardo valor de arrojarse a lo que viene en el futuro: “I fought the memory of beautiful things / Imaginings. / The only strength I got from wanting you, / All the love I've been needing, / The hunger is feeding on me. / Spirit, bear me away / To the place of birth.” Esto puede entenderse como una evocación a una reencarnación en una nueva vida terrenal o como la transición definitiva hacia el Paraíso Celestial, o sea, el nacimiento de la vida eterna. Como sea, se trata de un final celebratorio y redentor: en el mismo seno de la banda, Nicholls quiso enfatizar la primera opción interpretativa, mas el guitarrista Holmes siempre dijo en entrevistas que esa referencia era más bien al acto de ir al más allá de manera definitiva y total. Justamente el sano debate sobre cómo interpretar las mágicas líneas que hemos citado fue uno de los pocos momentos realmente cordiales que el grupo recuerda de esa etapa de su actividad. Una música que cada vez  estaba mejor forjada acompañada de crecientes tensiones interpersonales que destruían amistades: así sucedió la historia. Una cosa queda clara, el final de la canción es celebratorio, como dijimos antes: ‘You, you put the fear in / The fear of flying, / The breath of dying. / You want a sign? / You want a sign, / It’s already there.’


Este trabajo destila un aura bastante sombría y misteriosa, congruente con su tema funerario. El tratamiento áspero de muchas partes de guitarra, los fondos y texturas cinematográficas de teclado, los fuertes cimientos creados por la sección rítmica, todos estos elementos están calculados para crear esta densidad emocional, capitalizada además por el peculiar canto de Nicholls, que suena a un PETER GABRIEL pasado por el filtro de RICHARD BUTLER. Además, se nota que la secuencia de las canciones está bien armada, yendo con fluidez desde motivos musicales progresivamente épicos hasta otros más pesados y psicodélicos, pasando por ambientes etéreos, y otros que destilan un oscuro romanticismo. Dentro del repertorio destacan las cuatro mini-suites ‘Outer Limits’, ‘The Magic Roundabout’, ‘Widow’s Peak’ y ‘Headlong’. ‘Outer Limits’ es un punto de inicio brutalmente efectivo, desarrollando un punche atractivo a través de la confluencia de estándares de U.K. y CAMEL bajo la pauta enérgica que es marca propia de IQ. El rol de los teclados es masivamente prioritario a la hora de elaborar orquestaciones y gestar pasajes manieristas en varios momentos donde se impone la necesidad de realizar un interludio... pero, sin duda, el mayor clímax lo realiza en su solo de guitarra que comienza mientras Nicholls canta la última sección vocal. Por su parte, la segunda se concentra en ambientes etéreos y melancólicos para su cuerpo central tras un bombástico prólogo instrumental que  reitera las alusiones a U.K.: es como pasar a un estándar del GENESIS de la etapa 76-78 contaminado con sobrios aires góticos tras una gloriosa tormenta sinfónica que comienza de forma misteriosa y redunda en una evolución extrovertida con mucha poleta. La penúltima de estas mini-suites desarrolla las sonoridades más bombásticas del álbum, mientras que la última completa el concepto con aires optimistas un tanto inspirados en lo céltico; de este modo, ambas piezas se encargan sucesivamente de terminar de hilar el esplendor sonoro con el cual el grupo realiza su enfoque musical. No somos pocos los conocedores que tienen a ‘Widow’s Peak’ como uno de sus temas favoritos de toda la trayectoria de IQ, y posiblemente el fastuoso sentido orquestal que se destila a través de sus diversas secciones tiene una cualidad imponente y envolvente que parece difícil de negar. El furioso vigor de las últimas líneas (‘Lost in love, senses flown. / Diamond hard heart of stone.’) es un mundo de expresividad lírica en sí mismo. 

De todas maneras, ‘Headlong’ también se destaca por la intensidad emocional única, y además, su estructura multi-temática se alimenta con retomas de breves secciones de canciones precedentes, con lo cual se refuerza la cohesión conceptual del álbum como un todo. Pongamos por ejemplo el breve solo de guitarra que antecede al canto de Nicholls ‘From the moment we were torn’, que reitera la introducción de sintetizador de la primera canción, y también a las aumentadas pulsaciones de la dupla rítmica durante el fade-out, que también remiten al inicio de la canción de apertura. Un círculo musical que se cierra con infinita prestancia. El sencillo solo de sintetizador del intermedio que termina disolviéndose ante la irrupción de la guitarra anuncia lo que pronto será el fina de la incertidumbre para abrir camino a una nueva celebración de la vida. Los temas mas breves también tienen sus atractivos: ‘The Wake’, con sus riffs llenos de gancho, nos ofrece uno de los momentos mas cercanos al heavy metal de la banda en toda su trayectoria; De hecho, el nervioso y airado canto de Nicholls se condice perfectamente con la ingeniosa rabia del solo de guitarra en el intermedio y el explosivo groove de la batería. ‘Corners’ combina texturas exóticas y secuencias programadas, al modo del PETER GABRIEL de la época 81-84, amén de atractivos toques de sitar eléctrico: psicodelia suave que coquetea con el techno-pop en un bien definido clima introspectivo. ‘The Thousand Days’, por su parte, ofrece un homenaje frontal a THE CURE pero con un carácter lo suficientemente macizo como para no caer en la trivialidad. Además, ese engañosamente parsimonioso interludio apoyado en capas de mellotrón le da una variante inesperada al desarrollo temático. Estos dos últimos temas sirven de oportunos alivios momentáneos para el oyente, en medio de la oscura borrasca emocional que envuelve al disco; adicionalmente cabe señalar que la coda de capas de sintetizador de ‘The Thousand Days’ repite las que se utilizaron en el intermedio de ‘Widow’s Peak’. La edición en CD incluye como bonus tracks un par de demos de temas ya mencionados y a ‘Dans le Parc du Chateau Noir’, pieza que queda muy bien debido a su espíritu abiertamente tétrico a pesar de no ser parte original del concepto. La letra es mínima por lo que el aprecio de esta canción debe centrarse en las atmósferas, ciclos melódicos y capas orquestales de teclado que se van sucediendo a través de diversos motifs. De todas maneras, el sello del grupo GEP está preparando una re-edición de 25to. aniversario muy a lo grande... ya veremos de qué se trata.


En resumen, “The Wake” es una joya definitiva de la nueva ola del rock progresivo británico. La vigencia y creatividad que aún mantiene IQ en lo que va del nuevo milenio es tal vez la mejor prueba de que este disco que acabamos de comentar significó un tremendo impulso para el reforzamiento del rock artístico tras la década de los 70s con miras hacia un horizonte infinito.


Muestras de “The Wake”.-

Headlong [en vivo en 2002]:  https://www.youtube.com/watch?v=a7fnPvbZVw8
The Wake + The Magic Roundabout [en vivo en 1985]: https://www.youtube.com/watch?v=C8aKokqQDJA

Dans Le Parc Du Chateau Noir: https://www.youtube.com/watch?v=6jf_tqof9ps

Tuesday, June 01, 2010

"Trans-indulgent", distinguida obra de un panel de expertos progresivos











HOLA AMIGOS DE AUTOPOIETICAN, LES SALUDA CÉSAR INCA.

Comenzamos nuestras reflexiones progresivas de junio con un distinguido panel de expertos que justamente responde al nombre colectivo de DISTINGUISHED PANEL OF EXPERTS. El susodicho es un ensamble instrumental de jazz-rock progresivo que nació como iniciativa del bajista Mike Sary, líder permanente de FRENCH TV, quien no tuvo mejor idea en el año 2007 que congregar a Shawn Persinger (guitarrista del recordado grupo de jazz-rock BOUD DEUN), al teclista Guy LeBlanc (el hombre de NATHAN MAHL y ocasional lugarteniente de Andy Latimer en CAMEL) y a un ex-baterista de FRENCH TV llamado Chris Vincent. Todo este pedigrí que reúne a creadores de propuestas sólidas dentro del jazz-rock, el sinfonismo y el RIO se concentra en una muestra sólida y contundente de la primera de estas fuentes sónicas mencionadas. Pero lejos de ser un refrito del enfoque ácido de BOUD DEUN o del NATHAN MAHL originario, la variante jazz-progresiva que ofrece este panel de expertos tiene su propia afirmación fresca y particular, a tono con la escena contemporánea y mostrando en ciertos momentos la herencia de la añeja tradición 70era. Merced a la iniciativa conjunta de Musea Records y Luna Negra, este súper-grupo pudo lanzar al mercado el ítem “Trans-indulgent” a fines de 2009; recién ahora nos damos abasto para hacer la reseña del mismo.

‘And Then... The Sigh’ abre el disco con ímpetu avasallador y espíritu entusiasta, un ejercicio de jazz-rock extrovertido en el que Persinger y LeBlanc despliegan mutuos desafíos muy a tono con la agilidad propia del tema. ‘(Palindrome)’ baja los humos para elaborar un jam más lánguido, el cual incluye ciertos elementos cósmicos en su estructura sónica; ‘Mundele’ se engarza con el tema precedente para darle un cierre armado en base a inquietantes juegos disonantes sobre un esquema rítmico a lo free-jazz. ‘Pretentious Literary Reference’ nos trae un ambiente más cálido, portando algo de la extroversión del tema de entrada aunque con una dosis menor de intensidad. Con sus casi 10 1/2 minutos de duración, ‘East Lansing To East Berlin’ resulta la pieza más extensa del disco. La mayor parte de su primer cuerpo central (que ocupa un espacio de 7 minutos, más o menos) se focaliza en un jam lento que elabora cadencias sobrias, las mismas que incorporan ciertas texturas psicodélicas a lo largo del camino así como algunos pasajes poderosamente rockeros que crean un clímax envolvente. ¿Sería incoherente recordar a ALLAN HOLDSWORTH en momentos como éste? Más tarde, un segundo cuerpo irrumpe para generar un clima contundentemente incendiario durante los últimos 3 minutos y pico. La breve pieza ‘Larry's Westport Fantasy Inn’ ofrece un puente cálido y etéreo entre las piezas precedente y subsiguiente: básicamente, se trata de una serie de ágiles acordes a la guitarra y el bajo. ‘Hong-Kong Blindfold’ comienza explayándose en amables cadencias que desarrollan climas optimistas; luego llega un extenso interludio armado por los teclados de LeBlanc, el cual brinda una sorpresa progresiva muy sugerente en clave chamber-rock. El reprise del cierre redondea esta idea bipolar exitosamente. Posiblemente tengamos en esta dupla de y al ápice del álbum, pero con los 21 minutos que quedan podemos estar seguros de que todavía hay más belleza sonora que disfrutar.

‘Song For Wesley Willis To Sing (Worker Bees)’ es principalmente un jam enérgico a medio tiempo, muy en onda con la tradición de WEATHER REPORT y RETURN TO FOREVER, o sea, un animado repaso de la gloriosa era del jazz-fusión 70ero. La sección final (la porción de ‘Worker Bees’) es un blues de salón sazonado con un monólogo sobriamente burlesco. ‘Dog Years’ se engarza como una coda experimental dominada por la batería y aditivos percusivos de Vincent más adornos de bajo a cargo de Sary. Esta orientación vanguardista se perpetúa en ‘Concert In Central Park’, pieza inundada por flotantes climas deconstructivos en clave free-form durante sus primeros 5 minutos y medio. Al llegar a este punto, la banda elabora una intentona de cálida sección rockera que emerge como una ligera intrusión en medio del esquema abstracto general. Una pieza rara pero convincente dentro de la propuesta jazz-prog ecléctica que conforma el norte de este combo. A contrapelo de su título y como cerrando el círculo musical del disco, ‘Underachiever’ completa los últimos 3 1/2 minutos del mismo con un clima de puro jazz-rock expresado con abundante magnetismo de vigorosa extroversión: Persinger nos demuestra por enésima vez lo buen guitarrista que es. De este modo concluye “Trans-indulgent”, un disco ideal para los melómanos amantes del jazz-rock y del progresivo con raigambre jazzera. DISTINGUISHED PANEL OF EXPERTS es una criatura que sabe alimentarse de la pericia y talento de sus componentes individuales bien entrelazados en su comunión.